martes, 18 de junio de 2019

4 POEMAS DE CLAUDIA GUSTINELLI



Ana juega en el jardín
levantando otoño seco
una hoja de laurel
una          de liquidámbar
una          de gingko
una          de paraíso
una          de palo borracho
una           de limonero
Las apila y huele a fresco
luego las acomoda
sobre los ladrillos de la galería
Mide su mano en cada una
para que la gitana lea
su suerte en nervaduras












El cuerpo
     te interpela
     te cuestiona
     te factura
     te sostiene
y la caña de bambú
sigue ahí
     como la médula







  

Juana tiene
vida y muerte
apretadas en la mano
en una la primavera
en otra el otoño
con letras
de polen y hojas secas
Camina despacio a la cita
sabe lo que va a escuchar
pero no lo que va a decir
No siempre dice lo que piensa
un pájaro en su jaula









Juana se cansa
camina por el parque
tozuda insiste
en imaginar su lápida
huele aromas silvestres
cierra los ojos
a la brisa fresca
Sube al auto
y dice
   volveré en cenizas
     lo prometo
       sin lágrimas






Claudia Gustinelli (Buenos Aires, 1960, Argentina)









lunes, 10 de junio de 2019

4 POEMAS DE VANINA SANTORO


3.



¿Y qué hago yo en una procesión al gauchito gil?

Y se va llenando el campito
de hombres y mujeres
y de sol.
De banderines de colores.
Cada grupo arma su stand
se saludan entre ellos,
se abrazan.
Satisfechos, creyentes se abrazan.
Un camino de poesía armó Silvia de Villa Curita.
Emociona transitar esos hilos bien tensos
agarrados a la tierra del campito por ladrillos huecos.
Hilos que sostienen hojas canson
con poesías hechas por sus alumnos
me dice Silvia orgullosa.
Graciela me regala un corazón
hecho con un retazo de tela celeste y estrellas negras.
Y me muestra cada uno de los trabajos
hecho en su taller de costura:
bordado mexicano,
almohadones drapeados,
bolsos playeros,
muñecos hechos de medias recicladas.
Juntame medias, me dice.
Los chicos jugaban
con sus risas a cuestas
tirados en una sábana.
Venían a mi stand por los chupetines pegoteados
que tenía para compartirles.
Me ofrecían sus ventanitas de niños de 6 años.
Me contaron que en la casillita blanca
habían visto a un saltamontes y un bicho bolita.
Y llega la procesión a viva voz de parlante.
En un carro tirado a caballo llega el gauchito y su cruz a escala real.
Y explota la canción religiosa que todos cantan.
Se acerca la niña de ventanita a la vista
me trae un secreto en su mano:
Bicho asustado hecho bolita negra.
Pienso qué lindo sería enroscarme sobre mi misma
como mecanismo de defensa.
Transformarme en una bola casi perfecta y lisa.
Y rodar entre los fieles
hasta llegar a ese lugar perfectamente
húmedo
donde resguardarme.
Para no morir.




4.




El día que pronuncié las palabras
me brotaron dos llagas en la lengua
para recordarme
que no hay olvido
sin dolor.







8.

                                                                    Eso nomás, vida,
                                                                    eso nomás.
                                                                                 Edith Vera.
Que me robes la nariz
todas las veces que sea necesario
para atravesar todos los bosques
que tenga que atravesar.

Que vivamos en una realidad
donde las colitas de rana
sanen
sanen todo
y construyan puentes
bellos puentes
para que me encuentres.

Que juguemos de Gua’u a buscar colores
¿tendrá el cielo tu color?
suerte para tí.
Y para mí
el borí borí calentito de esta mesa.

Y que ese lago Azul de Ypacaraî
tarareado cada mañana
procure un corazón de viaje
sobre un cascarón de nuez.

                                                                




11.


Y cómo se pasa
del alegre chapoteo con tus pequeñas botas
del charco de barro
del cencerro que anuncia
al perro negro que te acompaña
en el tiempo donde las vacas y los relinchos
son puro descubrimiento rodeado de monte
A saber que la única luz que te alumbra
es la del trueno
en la inmensidad de la noche grillada
¿Cómo no refregarte los ojitos
ante la tormenta oscura
que se avecina?



Vanina Santoro ( Caseros, Provincia de Buenos Aires, 1984)

domingo, 9 de junio de 2019

5 POEMAS DE EMILIANO PUGLIESE


Primer Lugar


Ha culminado
mi tiempo
decidí ahogar
el llanto

Ahora en las moradas rotas
surge lo primero.





No tengo letras


No tengo letras
para adiestrar
a la tinta doméstica

Tampoco noches
en las que soñar
que existe el abandono
de la lengua.

A veces
dejo al viento
las notas de mi memoria
que son
solo gritos
que anhelan
el silencio de las cosas.





Reminiscencias


¿Y si la noche
se esconde en los jardines?

¿Y si la memoria
sobrevive al espejo?

¿Y si el eco
fue hallado en el olvido?

Y con todo esto

¿Qué será de mí
después del silencio?




Mi canto

Aunque sea
un rincón
en tu tiempo

Le canto a tu voz
en este páramo gris

Canto
en el intermedio
de dos soles

Canto y te nombro
en el pétalo de mi boca.
  



Ceremonia

Ya han bautizado
mi partida

Fue el beso
mil veces maldito.




Emiliano Pugliese (Buenos Aires, 1997)