domingo, 27 de diciembre de 2015

MÁS POEMAS DE CAROLINA MASSOLA




I

una plegaria al cielo llena mi boca



III

la danza de las bocas mudas se extinguió
al alba de tu partida



IV

lamerás mis heridas
cuando amanezcas perro



XII

porque la caricia no cura

la palabra



XL


la catedral harta de sueños que nadie sueña
es intocable




XLVIII

resiste los días de noches largas
hasta la próxima primavera de nuevas flores



XLIX

no negaré la flor en el ojal
tengo un cementerio lleno de flores donde olvidarla



XC

arrojé mis plegarias al viento
y los dioses cosieron mi boca



XCVI


he reclamado con aullidos
sobre cadáveres blandos
una caricia de perro  una ilusión de canto



CXIII


cuando sueñe con el sueño que se escribe eterno
sólo déjenme dormirlo
siempre




CXV


en el rapto hacia delante
un salto abismal
como el que ensayé de tu mano



CXX


quieta
en silencio
esperando que pase la muerte
y no me vea y no me llame


CXXIII


fervor de creer en algo



CXXX


huérfana

en estado de gracia
en brazos de nadie



CLIII

nos mece un océano infatigable







Carolina Massola (Buenos Aires, 1975)
Fuente: "Estado de gracia", Carolina Massola, Editorial Del Copista, 2009

domingo, 20 de diciembre de 2015

5 POEMAS DE CARLOS SPINEDI






2

La llegada



Ni cipreses ni pinos mediterráneos
ni prieto bosque
ni rastro alguno de mar
bajo este distinto azul del cielo
sólo un monto de talas y espinillos
un horizonte limitado
por el suave lomo de las cuchillas
cubiertas de pasturas
y caballos de variada pelambre.

En una casa de Tacuarembó,
una pequeña niña nace:
"Se llamará Circe"- dice feliz el padre.
Cuando la alzan en brazos
siente que un largo viaje a terminado.


                                                                                                 a Cirse Maia


                                                                                                           (del libro La Travesía)          




Invierno


canta una alondra
el corazón escucha
ya no recuerda






Del viento y del mar



el aire mece
sin ton ni son la luz
de las farolas








vientos del sur
sabor acre del frío
entre los dientes

un puñal de obsidiana
es el aire esta noche








Heterodoxia


II


en la tetera
de porcelana azul
bulle otra vez el sol


                                                                (de "tal vez TANKAS tal vez HAIKUS")




Carlos Spinedi (Provincia de Santa Cruz, 1928- Buenos Aires, 2015.
Fuente: "La travesía", Carlos Spineli, Editorial Metáfora, 2005.
            "Tal vez Tankas tal vez Haikus", Editorial Metáfora, 2002.




6 POEMAS MÁS DE MARIEL MONENTE



DIENTE DE LEÓN






Crece neblina
detrás del bosque
lejos del mar
cuando llegue el viento
se verán los contornos claros de la verdad.









¿Te acordás cuando corrías
siempre campo siempre ladera?
a tu paso se quebraban
los tallos
la fragilidad de lo que queda
bajo bajo los pies.








¿Viste el crepúsculo de su hoja?
huele a limón
regresa
hasta tu ojo.











Peinaba el aire su melena blanca
la pasionaria
que no fue.









Su fragilidad me muerde
corro
tras la despedida.







Huele a muerte el hechizo de su vértice amarillo
busca la tierra
el surco
la herida del campo
huele
como huelen las montañas al viento.






Mariel Monente (Buenos Aires, Argentina, 1961)

Fuente: "Acaso lo fugaz", Mariel Monente, Editorial El Mono Armado, 2015.



martes, 8 de diciembre de 2015

6 POEMAS MÁS DE DIEGO ROEL






"Finalmente, estallaron las formas y los días:
la noche entregó su corazón de piedra.
Los umbrales murmuraron las cifras mágicas.
Las Voces del Viento me dijeron:
Las palabras de los hombres no pueden nombrar eso que brilla en los colores del idioma de los Pájaros. Aquellos que late en lo que vibra.
Entonces
apenas balbucear, abrir una mano,
un corazón sin sombra.
Vivir secretamente."
(frag.)
                                                                           (del libro "Cuaderno del desierto".) 







"Qué palabra, qué ademán o resplandor
nos sostiene y suelta?
¿Qué nos retiene aún aquí?"

(frag.)



                                                         ( del libro "Las variaciones del mundo") 




"nada surge del milagro

entonces digo: sólo queda sumergirse
resignarse al ocaso como al tiempo
después de este río atravesaremos otro río y otro río
porque no hay desembocadura ni salida
no hay delante del camino no hay un dónde

y sumergidos naufragamos
arrastrados por los efluvios de los días
sin un Padre una Madre sin un Tótem"

(frag.)


(del libro "Padre Tótem -Oscuros umbrales de revelación-")





"Apoyo mis manos
debajo de un círculo de pájaros.

¿Cómo nombrar lo que se escapa,
aquello que vuelve y recomienza?"


                                                                                            (del libro "Dice Jonás") 




El poema que señala lo esencial
late entre los signos,
canta en la penumbra de la lengua.
Resplandece.

Se muestra y calla."


(frag.)

                                                                       (del lbro"Los Jardines del Aire") 



Vía Lucis 

Yo sólo soy un instrumento.

Veo con los ojos del Espíritu,
escucho con los oídos internos.

Una cegadora luz retumba en mi cabeza,
escribe con letras de fuego en mi cerebro:
conoce los caminos.

Yo sólo digo lo que en los secretos celestes aprendí."


                                                                                            (del libro "Vía Lucis") 




Diego Roel (Temperley, 1980, reside en La Plata)

Fuente:  "Cuaderno del desierto", Libros de Tierra Firme, 2007.

                "Las variaciones del mundo" Editorial De todos los mares, 2014.

"Padre Tótem -Oscuros umbrales de revelación-", Libros de Tierra Firme, 2004.

                 "Dice Jonás", Editorial El Mono Armado, 2015.

                  "Los Jardines del Aire", Ediciones El Mono Armado, 2012

"Vía Lucis", Ediciones del Dock, 2015.





        

martes, 24 de noviembre de 2015

2 POEMAS DE GRACIELA CROS





Un mail


Recién comí
dos empanadas de roquefort
y  dos de pollo
que me alegraron
el cerebro
cuenta Mansilla en un mail.

Dice que va
a inaugurar una biblioteca
en Las Lajas
acompañado de motoqueros
y paracaidistas
cosas de la Patagonia, agrega.

Yo me acuerdo de Osvaldo Soriano
y le digo eso,
que parece una escena
de alguna
de sus novelas.

Tener amigos poetas
salva el día. 


                                                   (del libro "Mansilla") 








No la sometas a juicio
que débil aún se ve



Si duermes mal

PICHÓN

Y un zumbido 
taladra tu cabeza

Si bebes mucho
y fumas sin resuello

Si hablas en pretérito
y dices por ejemplo
Alguna vez fui UN POETA

llegó la hora
BEIBI
de actuar
en consecuencia

¡Pon manos a la obra!
CONSTRUYE UN INSTRUMENTO

Afínalo de a poco

Límpialo de maleza

TRABAJA EN ESA MÁQUINA VERBAL

¡Mueve la lengua!

Ensancha con tu lento pensamiento
alguna estúpida frontera
ya sea propia o ajena

¡Para la oreja!

¡Usa el cuerpito!

OBSERVA LAS PISADAS

Traduce su idioma

Presta atención a esa riqueza

Traga después tu bofe
de
CACHORRO
que no es bizcocho
lo que se traga cada día

Traga despacio
sin presumir
y luego
con callada humildad
y en solitario

BESTIA SENTIMENTAL

VIL PLEBEYO, BUFÓN, MONSTRUO DE FERIA

FABRICA UN SEÑUELO

ESCRIBE UN POEMA


                                                                                          



  (del libro "Cordelia en Guatemala") 


Graciela Cros (Nacida en Carlos Casares, Provincia de Buenos Aires, desde 1971 reside en Patagonia)

Fuente: "Mansilla", Graciela Cros, Ediciones en Danza, 2010.
            "Cordelia en Guatemala", Graciela Cros, Editorial La Liebre Gris, 2013.

jueves, 19 de noviembre de 2015

1 POEMA DE ROSARIO CASTELLANOS





LÍMITE


Aquí, bajo esta rama, puedes hablar de amor.

Más allá es la ley, es la necesidad,
la pista de la fuerza, el coto del terror,
el feudo del castigo.

Más allá, no.



Rosario Castellanos (México, 1925- Tel Avid, 1974)

Fuente: Poesía no eres tú, Rosario Castellano, Fondo de cultura económica, México, 2012.

martes, 3 de noviembre de 2015

2 POEMAS DE JUAN JOSÉ SAER






EL ESTADO POÉTICO


Estás en la ventana y cuando creías
haber perdido todo olvidado todo
he aquí que suena el llamado y oyes la voz
y anochece en un cielo verde como un árbol.

                                    1966



EL BALCÓN


Llegó un punto en el cual estaba
ciego y enloquecido en un camino
vacío, bajo un cielo amarillo, contra
un árbol seco. Creí que iba a morir.
En plena madrugada, me eché a llorar,
odié mi vida, encendí la luz.
Y con una camisa blanca, los pies desnudos,
caminé hasta el balcón y contemplé
la ciudad diminuta desde el décimo piso.
Después volví a mi cama y el sol me despertó.
Porque la altura, pasado el trepidante vértigo,
da -si uno no es demasiado orgulloso- serenidad.



Juan José Saer (Serodino, Santa Fe, 1937 -París, 2005)

Fuente: Poemas, Borradores inéditos 3, Juan José Saer, Seix Barral, 2014.


domingo, 1 de noviembre de 2015

1 POEMA DE JOAQUÍN GIANNUZZI






NOTICIAS


Cuando la comedia humana se pone movida
los periódicos
abundan en golpes de estado, huelgas generales,
crímenes, bodas, insurrecciones y muertes terribles.
Del basurero de la historia no coman la medida.
Sin embargo,
¿quién consagró los hechos?

Esta mañana el viento
golpeó en algunas ventanas.
Un hombre y un perro cruzaron las calle.
María reclinó la cabeza a las tres de la tarde.
Nadie contó esta verdades.

No hay sucesos pequeños.
en el taller de mi esquina, cuando amanecía,
un obrero puso en marcha un motor.
Nadie habló de ese gesto oscuro.
Pero a partir de entonces
infinitas cosas se pusieron a funcionar a causa suya.
Así, de simple y rico,
y tan fecundo hacia distintas direcciones
el menor movimiento de tu mano.


Joaquín, O. Giannuzzi (Buenos Aires, 1924-2002)


Fuente: Antología poética, Joaquín Giannuzzi, Colección Visor de Poesía, Madrid, 2006.

2 POEMAS DE CRISTINA PERI ROSSI









Si el lenguaje
este modo austero
de convocarte
                 en medio de fríos rascacielos
y ciudades europeas
Fuera
          el modo
de hacer el amor entre sonidos
o el modo
de meterme entre tu pelo







LO IMPRESCINDIBLE

Uno aprende que lo imprescindible
no eran los libros
no eran los discos
no eran los gatos
no eran los paraísos en flor
derramándose en las aceras
ni siquiera la luna grande -blanca-
en las ventanas
no era el mar arribando
su rumia rompedora en el malecón
ni los amigos que no se ven
ni las calle de la infancia
ni aquel bar donde hacíamos el amor con la mirada.

Lo imprescindible era otra cosa.




Cristina Peri Rossi (Montevideo, Uruguay, 1941)

Fuente: Poesía reunida, Cristina Peri Rossi, Editorial Lumen, 2009.











martes, 20 de octubre de 2015

7 POEMAS MÁS DE BRUNO DI BENEDETTO





Materia estelar

Materia



El nervio enjoyado de la materia es arte de orfebrería estelar: un hilo radiante que cose carne con carne y plomo con plomo; (bienaventurados los que creen en el orden de los elementos, y no mezclan carne y metal hasta ser lloro y crujir de dientes: el dolor es una equivocación, una cuerda de hélice retorcida que nos ata como perros a la muerte). Somos el polvo crudo de un estallido: las estrías de luz llegan hasta el extremo del árbol de la sangre, y más allá no sabemos ver. El alma no es más que otra ramificación: yema verde y agria por no saber que su sed más dulce nace y de agua que no es de este mundo.




Materia oscura


Lo crédulo del ojo flota en la pura tensión superficial: como un mosquito que camina en el agua, la mirada no entiende ni la profundidad ni la fórmula del mundo: una parte de luz diluida en noventa y nueve de sombra. El ojo es flor carnívora que creció equivocada: muerde lo que no hay, y su dentellada engorada el ojo del amo. Encandilados por esta fracción de luz, vamos de tumbo en tumba, pero es lo oscuro, su hambre gravitatoria, su vocación de grumo, lo que dice cómo y dónde. 
Ceguera, ceguera, ceguera. El resto es lo que somos.


Del tiempo visto en los espejos
II. Presente


En ese tajo de luz terminan todo los futuros menos uno.

Se habla al borde de la voz: la tensión de la cuerda vocal aprieta el nudo corredizo; jugamos al ahorcado, y nunca hay una palabra que ocupe el lugar del vacío. Una timba el tiempo; se juega todo o nada sobre el filo de una yilé: el futuro, que es todo, se vuelve pasado, que es esa nada llamada memoria. La memoria de quién. Me moría de qué. Nunca vamos a llegar a la otra orilla: el presente es un escorpión fiel a su naturaleza, se hunde en la rabia de no ser nunca igual a sí mismo, y muerte preguntando

                   por qué.





Materia virtual

Nexo


Lo que va de un ojo a otro ojo se mueve a la velocidad de la luz: lo que trepa del ojo al cerebro jadea por un camino de mulas: los tropezones de la marcha quiebran el pensamiento en dos. En esa refracción el hilo de ideas muestra la hilacha; pensar es ilusión; cruzamos el abismo a los saltos, bloque a bloque, como osos asustados sobre las heladuras repentinas de un río. La diferencia entre presión y temperatura entre el aquí y el allá mueve los molinos de la lengua: se habla por horror al vacío, pero sólo la verdad puede romper la barrera helada de la luz.

Sólo un corazón puede incendiar la sangre que lo hace corazón.




Materia fractal

III


Como tus hijos vistos por los mil ojos de la abeja.
Como el temblor del hierro ardiente en agua fría.
Como el cansancio del asedio a una ciudad gris.
Como los zapatos que olvidamos en el camino.
Como la sospecha de saber que vive algo más.
Como el eco de ese pozo cada vez más hueco.
Como el desborde de un río en plena sequía.
Como dormirnos después de hacer el amor.
Como ese río asombrado de su temeridad.
Como el dolor de la herida que envejece. 



VI


Como callarnos.
Como respirar.
Como insistir.
Como desear.
Como arder.
Como amar.
Como atar.
Como ser.
Como es.
Como si.



VII


Cómo.



Bruno Di Benedetto (Avellaneda, 1955, reside en Puerto Madryn)

Fuente: "Cámara de niebla", Bruno Di Benedetto, DelValleBajo Editora, 2015.

jueves, 15 de octubre de 2015

3 POEMAS DE RAÚL FEROGLIO





Fresnos

El Fresno
los fresnos
derraman su lluvia apenas vieja sobre mí.

Los frenos en abril suceden
más despojados que en verano.

Etéreos
lentos
evocan la palabra

tu ausencia.



Flor


Esa flor amarilla
ojo del día
mirándonos se mira
sorbe la luz
el aire limpio
y emana
la claridad diminuta
de su esencia
hacia nosotros.
Pobrecitos.



Colibrí frente a la niña


Un borbotón de plumas
un ansia verde suspendida
Mainumbí llamado en horas largas
un corazón alado frente al asombro niño.
Un sueñito detenido que no cae
para nuestra espera en espejo.
Casi nada:
Dos suspiros frente a frente.



Raúl Feroglio (Las Parejas, Santa Fe, 1960)

Fuente: "Sueño de agua", Raúl Feroglio, Ediciones El Mono Armado, 2014.

6 POEMAS DE SANDRA ISABEL RAGUSA



Pregunto


oír tu voz
canto de sirena

desde tu locura
hasta mi duda

poner en juego
todo lo que soy

¿cuántas formas
de perder
hay?




Seducción


amo
la mujer que soy
cuando te miro



Para que ya no duela


voy partiendo
piedritas

mañana
habrá
que incitar
al cuerpo

hoy
el dolor
se aletarga

sin tener
que morir




                                                                                                       (de "Devuelta al rito")



Política


uno está preparado
para la degradación
del cuerpo

teme
pero está
preparado

lo otro
es otra cosa

lo de las 
almas

la avidez
demente
y el miedo
de no ser


sólo un testigo



Negación de la memoria


hay cosas
que no debieran
suceder

por segunda
vez



Precio


los dioses ¿hacen
presa de su ira

a quienes
desoyen

el llamado
de sus dones?

esa cobardía
un día

nos explotará
en la cara


                                                                                                 (de "Un mundo feliz")



Sandra Isabel Ragusa (Nació en la provincia de Buenos Aires, vive en Bariloche)

Fuente: "Devuelta al rito", Sandra Isabel Ragusa, Ediciones de la Eterna, 2014
            "Un mundo feliz", Sandra Isabel Ragusa, Ediciones de la Eterna, 2015

miércoles, 14 de octubre de 2015

3 POEMAS MÁS DE GUSTAVO TISOCCO






De mi abuela Aurora
recuerdo su vestido gris con pintitas blancas
-no puedo precisar si eran lunares o rayas-
su andar lento, sereno,
su mirada triste.
La evoco jugando a la loba
en esa mesa redonda que era como un universo,
sus monedas, su vincha en el pelo
estaban ahí.

Recuerdo su huerta, sus porotos,
caminar junto a ella juntando huevos,
las plantas de tártagos,
el sabor de las granadas,
-porque ella tenía granadas,
nunca vi otro árbol de esa fruta en mi pueblo-
sus duraznos secos para la compota,
las manzanas verdes.

Amaba a mi padre
con un amor escondido y desparejo
-como esos amores prohibidos
en las dictaduras-
pero inevitable y perenne
como un viento tibio que corre entre los sauces.

Eligió partir
cuando llevé a mi padre a conocer el mar
-no creo sea casual-
hay amores que protegen
que perciben la maleza entre las flores,
las serpientes.
Y la despedimos ahí
con una oración marina y flotante
alejados del ruido, del infierno.







Del mar olvidó al viento.

Nunca es lo mismo
un recuerdo sin olas.






Hablábamos de Dios
como si fuese un duende en la siesta
una leyenda
de esas que te cuentan cuando duermes
un reflejo apenas
una palabra.

Hablábamos de Dios y empezó a llover
                                                   y comprendimos.




Gustavo Tisocco (Mocoretá, Corrientes)

Fuente: Quedarme en tí, Gustavo Tisocco, Editorial El Mono Armado, 2015.



2 POEMAS Y 5 CERTEZAS DE CARLOS CARTOLANO





10. vuelcos


el mundo da vueltas de campana
en cada noche/ sin embargo todo pasa
inadvertidamente

cuanto quedó atrás agrieta
hay surcos vastos/ se quedarán así

firme el nuevo día aguarda otra noche.




16. oriente


soy y no soy el que recuerda/ estoy
y no ante el suceso: no alcanza a cristal
se detiene en bolsa hueca/ el pasado es
esa oquedad poblada de voces
que echo a mis espaldas

y otra vez vuelve a amanecer.



Certezas

* Antes de la palabra, la poesía es certeza frente al asombro. Cada poema explica el estremecimiento.

* Lo que el poema calló lo dijo la música, y viceversa.

* No hay mayor seguridad que la noche a solas.

* Dije una palabra y el mundo resultó ser otro.

* Sólo los pájaros saben que la distancia no existe.



Carlos Enrique Cartolano (Buenos Aires, 1947)

Fuente: "Tropos" y "Certezas", Carlos Enrique Cartolano, Editorial Lágrimas de Cirse, 2015.

6 POEMAS MÁS DE JORGE PAOLANTONIO






2


¿dónde empezar el grito por tanto que se amó
tanta tristeza    tanto derecho y manotazo limpio?
¿dónde ser uno y su taza de café definitiva?


24


tu sangre entera me redime
de tanto corazón abierto al aire



(de "A imagen y semejanza" -1980-)



Los otros


son otros los que habitan la luz y los confines
tienen otra manera de predecir la primavera de las cosas
(tiene sol y espacio en los amigos   dos gotas de sentido
algunos trinos)

me escriben lejanas noticias
y cada tanto
me sorprenden con un hijo


(de "Extraña manera de asomarse"- 1989)



2. enigmas inscriptos en lugares de culto


(...)
podrás levantarte
y ser el lomo de un caballo moro
andarás galope fusta
y olisquearás el pasto
lavanda pisoteada
y quedarás muerto al final de una línea de Kavafis

                                                         en Santa Rosa del Toay 
                            

(...)
se abrirá un monedero y un olor a lluvia vendrá a decirte
dónde vas vara de azucenas mustia
señorita que se cruza de brazos
y de piernas
para que el rayo no te sepa las penas


                                                       en los Altos de Ancasti


(de "Lengua devorada", 1994)



regresos


uno vuelve
por el espejo de la sala
                                 sin ya mirarse
no sea que la infancia
vuelva con pulmotores de la polio
alcanfor
escapularios

quién no sabe
nos prometían algodones de azúcar
si dejábamos que Salk nos vacunase

poníamos nombres a las flores
poníamos apodos
a la vecina ronca
poníamos la oreja
cuando hablaban los mayores

éramos los hijos
ellos
los grandes que volvían del cine
con impermeable y sombreros y lilas parisinas
besos en la boca
bostezos en cinemascope

los hijos éramos

no veíamos la hora
                             de ser padres



Jorge Paolantonio (San Fernando del Valle de Catamarca, 1947)



Fuente: En este duro oficio, Jorge Paolantonio, Imaginante Editorial, 2015.

viernes, 9 de octubre de 2015

3 POEMAS DE SERGIO FELIPE MATTANO







BENDICIÓN


Como acto reflejo de mártir
bendigo tu Nombre
y nos prometo que esta noche
de estas heridas
emergerá el Paraíso.




APRENDO


Aprendo a nombrarte
como silencio
como cicatriz de una herida
que todavía no.




AHORCADO



vive en mí
tu nombre
la ilusión difusa
de parirme
y no cortar el cordón
enredado en el cuello.



Sergio Felipe Mattano (Buenos Aires, 1979)

Fuente: En tu nombre, Sergio Felipe Mattano, Ediciones De La Eterna, colección El carterista de Bresson, 2015.

lunes, 5 de octubre de 2015

2 POEMAS MÁS DE SERGIO GIULIODIBARI






VII

        Piensen que esto ha sucedido:
Les encomiendo estas palabras.
Grábenlas en sus corazones

Primo Levi: "Si esto es un hombre"




Uno se levanta temprano,
se afeita, se baña, se lava los dientes,
desayuna,
lee el diario, a veces,
como para no andar paseando
con una felicidad insolente
en la cara.
Uno se va de casa, vuelve,
le da uno o más besos a su esposa
según el humor del día,
juega con sus hijos, ve la tele
o escucha un poco la radio, a veces,
las noticias antes de dormir
como para no andar soñando
sueños demasiado
luminosos.
Uno se levanta temprano y tal vez todos lo hacen.
Uno se afeita, se baña, pero no todos pueden.
Uno se lava los dientes y no todos pueden
(muchos no tienen dientes).
Uno desayuna y cada vez son más 
los todos que no pueden,
los todos que se encontrarían en el diario
si pudieran 
leerlo.
Uno se va y vuelve y ya son demasiados
los que no pueden ir, ni volver, ni moverse
o que están obligados a moverse
sin dirigirse a ningún lugar
que no sea la muerte.
Uno le da un beso, o más, a su esposa. Cuántos no pueden.
Uno juega con sus hijos. Cuántos no pueden.
Uno mira la tele, escucha la radio. Un infinito
de otros no puede.
Uno lo hace todo sin pensar, sin pensar un poco siquiera,
como un gran hijo de puta, 
como un hijo de puta con título habilitante,
como un hijo de puta en grado de tentativa, 
como un hijo de puta culposo, sobre todo,
como un hijo de puta a secas.
Uno pretender ser feliz, a pesar de todo.
No puede evitarlo.





NÚMEROS



Un país.
Dos historias, o más.
Tres poderes.
Cuatro estaciones, todos los climas.
Cinco por uno no va a quedar ninguno.
Seis por ciento del PBI cifras oficiales.
Siete pecados capitales ejercidos con absoluta autoridad.
Ocho, dice Riverito, y nadie gana.
Nueve de Julio casi Independencia.
Diez, dios, todo el mundo dentro de la misma pelota.

Doce horas al día y el sueldo que no alcanza.
Catorce bis, aunque nadie se acuerde para qué.
Veinticuatro provincias y un distrito federal.
Cuarenta y nueve presidentes, todos condenados al éxito.
Cien por ciento de humedad.
Doscientos años golpeándonos la cabeza
contra la pared.
Ciento veinticinco. Mil cincuenta.
Treinta mil.

Dos ceros menos, dieciocho mil ciento ochenta y ocho.
Cuatro ceros menos peso argentino.
(Destino de harina la moneda de la patria)
Más ceros, menos ceros, más o menos
ceros
para más moneda y menos plata.

Ocho millones de pobres. El granero del mundo.
Doce millones en el quini pozo vacante.
Veinticinco millones de argentinos
jugaremos el mundial.
Cuarenta millones de boludos.

En ese orden.
En ese 
desorden.



Sergio Giuliodibari (Vicente López, 1964, reside en Mar del Plata)

Fuente: Camino en construcción, Sergio A. Giuliodibari, Ediciones El Mono Armado, 2014.


1 POEMA DE IVANA SZAC





El TEMBLOR

Ella tiembla
en el terremoto de su casa
se entrega a unos ojos negros
a la profundidad de su cama
sin palpitaciones ni gemidos

se derrite
en un desierto áspero

atrapada
en laberintos del miedo

perdona una y otra vez
resiste en el abismo
despacio muy despacio
la muerte la acaricia.




II


Él, un animal salvaje
la exhibe en un balcón

sus vidas son piedras
ahogándose en un río.

Ella defiende sus deseos
          se abraza a la luz
          y se salva.


Ivana Szac (Buenos Aires, Argentina)

Fuente: La noche es una mujer que duele, Ivana Szac, Ediciones Croupier, 2015.

sábado, 3 de octubre de 2015

1 POEMA DE ANA MARÍA GRANDOSO


CISNES





Una bandada de cisnes todos blancos voló, rasante, sobre el río.
Dieron vueltas haciendo un óvalo, dos veces, frente a mí.
Luego, recuperado el rumbo, se enfilaron uno detrás del otro, hacia el sur, siguiendo el curso del río.
El Bolshoi copió esta coreografía.


Ana María Grandoso (Argentina, 1946)


miércoles, 30 de septiembre de 2015

3 POEMAS MÁS DE RICARDO DI MARIO





La tierra


                                       "los estados llamados sentimientos no consigo
hasta ahora explicarlos de forma exacta"
Wisalwa Szymborska

I


Miro por la ventana las nubes
el cielo
las sierras
la calma del pueblo
parecen negar que allá afuera muy lejos
se tejiera el horror
la calamidad
el desastre.



Lenguaje


Hace tiempo
se vienen preguntando qué hacer con el lenguaje
y con ellos
es tal la confusión que al encontrarse
en lugar de bienvenirse
se despiden.



Roca


Ahora espero
que este llover en los cerros
se lleve
grabado en la roca
la memoria de vos.



Ricardo Di Mario (Buenos Aires, 1959, reside en traslasierra, Córdoba)

Fuente: Aletheia y otros poemas, Ricardo Di Mario, Ediciones El Callejón, 2015.