domingo, 31 de mayo de 2015

2 POEMAS DE DIEGO ROEL




LAS LEYES DEL ALBA



en extrema crucifixión 
tengo mis brazos mis ojos mis manos los pies 
en extrema crucifixión

porque yo estoy puesto en el mundo
por las oscuras leyes del alba
por una gran boca de mil lenguas de oro
puesto y arrojado
para sufrir morir y elevarme
  tantas veces

estoy puesto y arrojado
multiplicado y expandido 
en levísimos fragmentos de ilusión

sí, estoy crucificado
puesto a parir y a engendrar extrañas criaturas
a sangrar y fornicar de mil maneras con las sombras
y a morir y morir 
  tantas veces
como sea necesario


escucho lejanas letanías
y recuerdo

recuerdo cuando escuchaba lejanos cantos o misas
                                                                     / en el bosque
y tenía una canción un nombre propio una guarida
también un Padre una Madre un leve canto 
un susurro leve apenas quizás

yo tenía un mundo un país una familia

entonces emigré
y busqué lo Oscuro por pasión o por locura
y por pasión o por locura huí al desierto: mi corazón sin luz

yo tenía un mundo un país una familia

y tenía mil noches compartidas mil lechos
y amigos llenos de manos vacías
y un dios carnal sufriente:
mi propio dios Padre Tótem ausente todavía

cuando huyendo del salvaje ritmo marcado por los cuerpos
era yo el mismo pero otro distinto reflejado en los espejos
era yo el otro el traicionero el perspicaz 
huyendo siempre en agonía

huyendo siempre

huyendo siempre en agonía sin Padre




LO IMPOSIBLE

sin embargo, aquí estoy para hacer de mí
una fabulosa ofrenda, una señal, un sacrificio

me entrego al arbitrio de los Vientos

sí, aquí estoy para arrojarme
a los dientes del León
a las transparentes bocas del Cielo

aquí estoy para arrojarme 
al centro de un viaje sin retorno

porque tengo partes de mi cuerpo
colgando del deshilachado esqueleto de los ángeles 
tengo partes de mi sexo 
en los ojos de una extraña Mujer
tengo partes de mi alma 
en busca de ese nombre de oscuro leopardo

aquí estoy para hacer de mí
un concierto de voces de niños sin Padre


no tengo edad para nombrarme
para encontrarme en los restos de la Sombra

no tengo edad aún
para caminar entre los vivos del planeta
entre violentos animales y sueltas tijeras en punta

todavía no me nazco

no tengo edad aún para nombrarme


entretanto
las tardes pasan
y tejen su largo manto de imposible

las transparentes gasas del otoño 
cubren los restos del festín
y Dios se acuesta con su propio Hijo
sobre un diván de lujosas guerras


ya lo dije:
todo es farsa y simulacro
un viaje al centro del cuerpo vivo de los muertos
una tentativa inútil

una lucha con la Sombra
un rescate imposible

por eso me entrego al devenir de las aguas del planeta
al eterno fluir de las imágenes del mundo
porque no hay salida
no hay desembocadura

(delante viajan los infiernos)

ahora estoy anclado en mi cuerpo
como una bandera sobre los rápidos paisajes

tengo las manos en llamas


no puedo evitarlo
me aferro al oscuro alfabeto de la Muerte
y lo pronuncio en voz alta:

el primer signo: los Amores perdidos
mujeres que cayeron del cielo para partirme con el largo rayo
                                                                           / de sus vidas
el segundo: la Belleza perdida en circulares laberintos sin
                                                                          / centro
arrebatada de mis manos por los crueles emisarios de lo
                                                                         / Oscuro
el tercero: esas Ciudades destruidas por dioses de barro
                                                                        / o perfume 

ahora estoy anclado en mi cuerpo


Señor,
yo he visto a los fragmentos de Dios disfrazarse de Diablo
y he visto al Diablo en los ojos de Dios 

Señor,
hoy todo pesa sobre mí como una fiesta inconclusa
como un olvidado ritual de gestos y paisajes

y todo es puerta que se abre, que se cierra y no se nombra
porque en lo nombrado se insinúa un rumor de muerte
una apagada canción sin melodía posible


tengo las manos en llamas

porque hoy he visto al Tercer Ángel de los cielos
desandar su suerte sobre mí

Él atraviesa las sagradas fiestas infantiles
y ve avanzar su delgado rostro

(delante viajan los infiernos)

tengo las manos en llamas





Diego Roel (Témperley, Provincia de Buenos Aires, Argentina, 1980)


Fuente: Padre Tótem - Oscuros umbrales de Revelación, Diego Roel, Ediciones El Mono Armado, 2013

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