1
Desnudo te enseño mis poemas. Uno a uno mis silencios.
Tiene rostro mi dolor. Existe. No quisiera hablar pero lo
hago. No sé del sol. El mar es una sombra encendida.
Mi habitación, una cajita musical. Un fuego.
2
En apariencia las hojas están distantes, desordenadas. En
apariencia. Pero el dolor es el mismo, no ha cambiado. El
universo sigue intacto.Nada es el exterior. No hay relojes
para sufrir. Lágrimas de humo concentradas en un poema
oceánico. Uno solo, no dos. Encierro. No querer ver. Sólo
el techo. No hay apuro, sanará.
De dolor en dolor, como piedras arrojadas al vacío,
arrastro mis hojas al silencio.
5
Los pájaros se han ido. Se mudaron de casa. No volverán.
Nunca hablamos de la muerte. No era necesario
mencionarla. Nos acostumbramos a soñar. A observar la
puerta abierta. A dibujar un árbol, una flor, un sol. Pero
ya no están. Vuelvo a mi encierro. Vuelvo a mi duelo. Hay
una noche triste. Un circo de locos. Un tambor negro.
8
Mi vida, mi única vida sabe que no pedí nacer pero acá
estoy, en el lugar preciso: no poder salir porque no hay
afuera. Y adentro es sólo el viento. Y el viento es herida
que viene del mar.
Jorge Curinao, (Río Gallegos, Argentina, 1979)
Fuente: Plegarias del humo, Jorge Curinao, edición del autor, 2009
Desnudo te enseño mis poemas. Uno a uno mis silencios.
ResponderBorrarHay otra afirmación más elocuente que las palabras de mi querido Jorge
para hablar líricamente de nuestra historia? Creo que no. Un apretado abrazo mi poeta amigo estas en mi corazón. Vic
Te aplaudo desde acá
ResponderBorrarEs maravilloso, leer a éste inmenso poeta.
ResponderBorrarUNA MARAVILLA QUERIDO jORGE. GRACIAS POR COMPARTIRLO, ES UN PLACER LEERTE!!! CARIÑOS QUERIDO POETA. Concepción Bertone
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