martes, 12 de mayo de 2015

2 POEMAS DE LAURA WITTNER





OTRA CIUDAD



Cuando levanto la vista veo nieve,
nieve refulgiendo desde el televisor.
Como siempre, titilan sobre el mapa
los lugares donde una no está.
Seguro extrañaría el mercado de flores
y despertar en este piso octavo
que se abre desafiando al viento.
La verdad es que hubo un solo día de nieve
y que hay una posible segunda versión
para las cosas conocidas.
Las valijas están hechas desde siempre
y además están sobre el sofá
en posición de espera.
Ese momento dura, se sostiene,
es una manera de estar:
estar a punto de ser abandonado.
El pozo negro de las valijas hechas,
reverso del desembarco:
el deseo humano por lo incompleto
que se refleja, dicen,
en la predilección por lo pequeño,

lo breve, el fragmento.



VACACIONES



Pienso que entrará un gato raro
raspándose contra el piso
de golpe como si viniera de un empujón.
Pienso que entrarán insectos.
Que los cascarudos chocarán con insolencia
contra las paredes.
Y pienso que la canilla gotea óxido,
sarro óxido que dora el azulejo.
Llueve, hay juncos, se acercan.
Las hojas húmedas amarillas,
las hojas húmedas verdes,
las aves que muestran los dientes,
los bichos con cuerpo carnoso,
los animales de cuatro patas,
atreviéndose hasta el porche,
midiéndonos, como si tuviéramos
el agua del que ellos dependen en una
sequía universal. Hay libros,
hay diarios, trajimos provisiones,
pero se están amarronando,
se enroscan como una flor que cede
al apretón de la humedad.
Botellas de plástico vacías
salen rodando al unísono.
Alguien viene. Pasos mullidos por el pasto
mojado, los árboles mojados,
la leña, agua con cenizas. Chillan.
Todo el reino animal chilla,
y sabiendo que no podemos verlo
nos observa con sus ojos claros.


Laura Wittner (Buenos Aires, Argentina, 1967)

Fuente: "Poesía argentina para el siglo XXI" Edición bilingüe castellano-inglés, compilación y traducción Andrew Graham-Yooll, Ediciones Continente, 2011.

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