martes, 20 de octubre de 2015

7 POEMAS MÁS DE BRUNO DI BENEDETTO





Materia estelar

Materia



El nervio enjoyado de la materia es arte de orfebrería estelar: un hilo radiante que cose carne con carne y plomo con plomo; (bienaventurados los que creen en el orden de los elementos, y no mezclan carne y metal hasta ser lloro y crujir de dientes: el dolor es una equivocación, una cuerda de hélice retorcida que nos ata como perros a la muerte). Somos el polvo crudo de un estallido: las estrías de luz llegan hasta el extremo del árbol de la sangre, y más allá no sabemos ver. El alma no es más que otra ramificación: yema verde y agria por no saber que su sed más dulce nace y de agua que no es de este mundo.




Materia oscura


Lo crédulo del ojo flota en la pura tensión superficial: como un mosquito que camina en el agua, la mirada no entiende ni la profundidad ni la fórmula del mundo: una parte de luz diluida en noventa y nueve de sombra. El ojo es flor carnívora que creció equivocada: muerde lo que no hay, y su dentellada engorada el ojo del amo. Encandilados por esta fracción de luz, vamos de tumbo en tumba, pero es lo oscuro, su hambre gravitatoria, su vocación de grumo, lo que dice cómo y dónde. 
Ceguera, ceguera, ceguera. El resto es lo que somos.


Del tiempo visto en los espejos
II. Presente


En ese tajo de luz terminan todo los futuros menos uno.

Se habla al borde de la voz: la tensión de la cuerda vocal aprieta el nudo corredizo; jugamos al ahorcado, y nunca hay una palabra que ocupe el lugar del vacío. Una timba el tiempo; se juega todo o nada sobre el filo de una yilé: el futuro, que es todo, se vuelve pasado, que es esa nada llamada memoria. La memoria de quién. Me moría de qué. Nunca vamos a llegar a la otra orilla: el presente es un escorpión fiel a su naturaleza, se hunde en la rabia de no ser nunca igual a sí mismo, y muerte preguntando

                   por qué.





Materia virtual

Nexo


Lo que va de un ojo a otro ojo se mueve a la velocidad de la luz: lo que trepa del ojo al cerebro jadea por un camino de mulas: los tropezones de la marcha quiebran el pensamiento en dos. En esa refracción el hilo de ideas muestra la hilacha; pensar es ilusión; cruzamos el abismo a los saltos, bloque a bloque, como osos asustados sobre las heladuras repentinas de un río. La diferencia entre presión y temperatura entre el aquí y el allá mueve los molinos de la lengua: se habla por horror al vacío, pero sólo la verdad puede romper la barrera helada de la luz.

Sólo un corazón puede incendiar la sangre que lo hace corazón.




Materia fractal

III


Como tus hijos vistos por los mil ojos de la abeja.
Como el temblor del hierro ardiente en agua fría.
Como el cansancio del asedio a una ciudad gris.
Como los zapatos que olvidamos en el camino.
Como la sospecha de saber que vive algo más.
Como el eco de ese pozo cada vez más hueco.
Como el desborde de un río en plena sequía.
Como dormirnos después de hacer el amor.
Como ese río asombrado de su temeridad.
Como el dolor de la herida que envejece. 



VI


Como callarnos.
Como respirar.
Como insistir.
Como desear.
Como arder.
Como amar.
Como atar.
Como ser.
Como es.
Como si.



VII


Cómo.



Bruno Di Benedetto (Avellaneda, 1955, reside en Puerto Madryn)

Fuente: "Cámara de niebla", Bruno Di Benedetto, DelValleBajo Editora, 2015.

jueves, 15 de octubre de 2015

3 POEMAS DE RAÚL FEROGLIO





Fresnos

El Fresno
los fresnos
derraman su lluvia apenas vieja sobre mí.

Los frenos en abril suceden
más despojados que en verano.

Etéreos
lentos
evocan la palabra

tu ausencia.



Flor


Esa flor amarilla
ojo del día
mirándonos se mira
sorbe la luz
el aire limpio
y emana
la claridad diminuta
de su esencia
hacia nosotros.
Pobrecitos.



Colibrí frente a la niña


Un borbotón de plumas
un ansia verde suspendida
Mainumbí llamado en horas largas
un corazón alado frente al asombro niño.
Un sueñito detenido que no cae
para nuestra espera en espejo.
Casi nada:
Dos suspiros frente a frente.



Raúl Feroglio (Las Parejas, Santa Fe, 1960)

Fuente: "Sueño de agua", Raúl Feroglio, Ediciones El Mono Armado, 2014.

6 POEMAS DE SANDRA ISABEL RAGUSA



Pregunto


oír tu voz
canto de sirena

desde tu locura
hasta mi duda

poner en juego
todo lo que soy

¿cuántas formas
de perder
hay?




Seducción


amo
la mujer que soy
cuando te miro



Para que ya no duela


voy partiendo
piedritas

mañana
habrá
que incitar
al cuerpo

hoy
el dolor
se aletarga

sin tener
que morir




                                                                                                       (de "Devuelta al rito")



Política


uno está preparado
para la degradación
del cuerpo

teme
pero está
preparado

lo otro
es otra cosa

lo de las 
almas

la avidez
demente
y el miedo
de no ser


sólo un testigo



Negación de la memoria


hay cosas
que no debieran
suceder

por segunda
vez



Precio


los dioses ¿hacen
presa de su ira

a quienes
desoyen

el llamado
de sus dones?

esa cobardía
un día

nos explotará
en la cara


                                                                                                 (de "Un mundo feliz")



Sandra Isabel Ragusa (Nació en la provincia de Buenos Aires, vive en Bariloche)

Fuente: "Devuelta al rito", Sandra Isabel Ragusa, Ediciones de la Eterna, 2014
            "Un mundo feliz", Sandra Isabel Ragusa, Ediciones de la Eterna, 2015

miércoles, 14 de octubre de 2015

3 POEMAS MÁS DE GUSTAVO TISOCCO






De mi abuela Aurora
recuerdo su vestido gris con pintitas blancas
-no puedo precisar si eran lunares o rayas-
su andar lento, sereno,
su mirada triste.
La evoco jugando a la loba
en esa mesa redonda que era como un universo,
sus monedas, su vincha en el pelo
estaban ahí.

Recuerdo su huerta, sus porotos,
caminar junto a ella juntando huevos,
las plantas de tártagos,
el sabor de las granadas,
-porque ella tenía granadas,
nunca vi otro árbol de esa fruta en mi pueblo-
sus duraznos secos para la compota,
las manzanas verdes.

Amaba a mi padre
con un amor escondido y desparejo
-como esos amores prohibidos
en las dictaduras-
pero inevitable y perenne
como un viento tibio que corre entre los sauces.

Eligió partir
cuando llevé a mi padre a conocer el mar
-no creo sea casual-
hay amores que protegen
que perciben la maleza entre las flores,
las serpientes.
Y la despedimos ahí
con una oración marina y flotante
alejados del ruido, del infierno.







Del mar olvidó al viento.

Nunca es lo mismo
un recuerdo sin olas.






Hablábamos de Dios
como si fuese un duende en la siesta
una leyenda
de esas que te cuentan cuando duermes
un reflejo apenas
una palabra.

Hablábamos de Dios y empezó a llover
                                                   y comprendimos.




Gustavo Tisocco (Mocoretá, Corrientes)

Fuente: Quedarme en tí, Gustavo Tisocco, Editorial El Mono Armado, 2015.



2 POEMAS Y 5 CERTEZAS DE CARLOS CARTOLANO





10. vuelcos


el mundo da vueltas de campana
en cada noche/ sin embargo todo pasa
inadvertidamente

cuanto quedó atrás agrieta
hay surcos vastos/ se quedarán así

firme el nuevo día aguarda otra noche.




16. oriente


soy y no soy el que recuerda/ estoy
y no ante el suceso: no alcanza a cristal
se detiene en bolsa hueca/ el pasado es
esa oquedad poblada de voces
que echo a mis espaldas

y otra vez vuelve a amanecer.



Certezas

* Antes de la palabra, la poesía es certeza frente al asombro. Cada poema explica el estremecimiento.

* Lo que el poema calló lo dijo la música, y viceversa.

* No hay mayor seguridad que la noche a solas.

* Dije una palabra y el mundo resultó ser otro.

* Sólo los pájaros saben que la distancia no existe.



Carlos Enrique Cartolano (Buenos Aires, 1947)

Fuente: "Tropos" y "Certezas", Carlos Enrique Cartolano, Editorial Lágrimas de Cirse, 2015.

6 POEMAS MÁS DE JORGE PAOLANTONIO






2


¿dónde empezar el grito por tanto que se amó
tanta tristeza    tanto derecho y manotazo limpio?
¿dónde ser uno y su taza de café definitiva?


24


tu sangre entera me redime
de tanto corazón abierto al aire



(de "A imagen y semejanza" -1980-)



Los otros


son otros los que habitan la luz y los confines
tienen otra manera de predecir la primavera de las cosas
(tiene sol y espacio en los amigos   dos gotas de sentido
algunos trinos)

me escriben lejanas noticias
y cada tanto
me sorprenden con un hijo


(de "Extraña manera de asomarse"- 1989)



2. enigmas inscriptos en lugares de culto


(...)
podrás levantarte
y ser el lomo de un caballo moro
andarás galope fusta
y olisquearás el pasto
lavanda pisoteada
y quedarás muerto al final de una línea de Kavafis

                                                         en Santa Rosa del Toay 
                            

(...)
se abrirá un monedero y un olor a lluvia vendrá a decirte
dónde vas vara de azucenas mustia
señorita que se cruza de brazos
y de piernas
para que el rayo no te sepa las penas


                                                       en los Altos de Ancasti


(de "Lengua devorada", 1994)



regresos


uno vuelve
por el espejo de la sala
                                 sin ya mirarse
no sea que la infancia
vuelva con pulmotores de la polio
alcanfor
escapularios

quién no sabe
nos prometían algodones de azúcar
si dejábamos que Salk nos vacunase

poníamos nombres a las flores
poníamos apodos
a la vecina ronca
poníamos la oreja
cuando hablaban los mayores

éramos los hijos
ellos
los grandes que volvían del cine
con impermeable y sombreros y lilas parisinas
besos en la boca
bostezos en cinemascope

los hijos éramos

no veíamos la hora
                             de ser padres



Jorge Paolantonio (San Fernando del Valle de Catamarca, 1947)



Fuente: En este duro oficio, Jorge Paolantonio, Imaginante Editorial, 2015.

viernes, 9 de octubre de 2015

3 POEMAS DE SERGIO FELIPE MATTANO







BENDICIÓN


Como acto reflejo de mártir
bendigo tu Nombre
y nos prometo que esta noche
de estas heridas
emergerá el Paraíso.




APRENDO


Aprendo a nombrarte
como silencio
como cicatriz de una herida
que todavía no.




AHORCADO



vive en mí
tu nombre
la ilusión difusa
de parirme
y no cortar el cordón
enredado en el cuello.



Sergio Felipe Mattano (Buenos Aires, 1979)

Fuente: En tu nombre, Sergio Felipe Mattano, Ediciones De La Eterna, colección El carterista de Bresson, 2015.

lunes, 5 de octubre de 2015

2 POEMAS MÁS DE SERGIO GIULIODIBARI






VII

        Piensen que esto ha sucedido:
Les encomiendo estas palabras.
Grábenlas en sus corazones

Primo Levi: "Si esto es un hombre"




Uno se levanta temprano,
se afeita, se baña, se lava los dientes,
desayuna,
lee el diario, a veces,
como para no andar paseando
con una felicidad insolente
en la cara.
Uno se va de casa, vuelve,
le da uno o más besos a su esposa
según el humor del día,
juega con sus hijos, ve la tele
o escucha un poco la radio, a veces,
las noticias antes de dormir
como para no andar soñando
sueños demasiado
luminosos.
Uno se levanta temprano y tal vez todos lo hacen.
Uno se afeita, se baña, pero no todos pueden.
Uno se lava los dientes y no todos pueden
(muchos no tienen dientes).
Uno desayuna y cada vez son más 
los todos que no pueden,
los todos que se encontrarían en el diario
si pudieran 
leerlo.
Uno se va y vuelve y ya son demasiados
los que no pueden ir, ni volver, ni moverse
o que están obligados a moverse
sin dirigirse a ningún lugar
que no sea la muerte.
Uno le da un beso, o más, a su esposa. Cuántos no pueden.
Uno juega con sus hijos. Cuántos no pueden.
Uno mira la tele, escucha la radio. Un infinito
de otros no puede.
Uno lo hace todo sin pensar, sin pensar un poco siquiera,
como un gran hijo de puta, 
como un hijo de puta con título habilitante,
como un hijo de puta en grado de tentativa, 
como un hijo de puta culposo, sobre todo,
como un hijo de puta a secas.
Uno pretender ser feliz, a pesar de todo.
No puede evitarlo.





NÚMEROS



Un país.
Dos historias, o más.
Tres poderes.
Cuatro estaciones, todos los climas.
Cinco por uno no va a quedar ninguno.
Seis por ciento del PBI cifras oficiales.
Siete pecados capitales ejercidos con absoluta autoridad.
Ocho, dice Riverito, y nadie gana.
Nueve de Julio casi Independencia.
Diez, dios, todo el mundo dentro de la misma pelota.

Doce horas al día y el sueldo que no alcanza.
Catorce bis, aunque nadie se acuerde para qué.
Veinticuatro provincias y un distrito federal.
Cuarenta y nueve presidentes, todos condenados al éxito.
Cien por ciento de humedad.
Doscientos años golpeándonos la cabeza
contra la pared.
Ciento veinticinco. Mil cincuenta.
Treinta mil.

Dos ceros menos, dieciocho mil ciento ochenta y ocho.
Cuatro ceros menos peso argentino.
(Destino de harina la moneda de la patria)
Más ceros, menos ceros, más o menos
ceros
para más moneda y menos plata.

Ocho millones de pobres. El granero del mundo.
Doce millones en el quini pozo vacante.
Veinticinco millones de argentinos
jugaremos el mundial.
Cuarenta millones de boludos.

En ese orden.
En ese 
desorden.



Sergio Giuliodibari (Vicente López, 1964, reside en Mar del Plata)

Fuente: Camino en construcción, Sergio A. Giuliodibari, Ediciones El Mono Armado, 2014.


1 POEMA DE IVANA SZAC





El TEMBLOR

Ella tiembla
en el terremoto de su casa
se entrega a unos ojos negros
a la profundidad de su cama
sin palpitaciones ni gemidos

se derrite
en un desierto áspero

atrapada
en laberintos del miedo

perdona una y otra vez
resiste en el abismo
despacio muy despacio
la muerte la acaricia.




II


Él, un animal salvaje
la exhibe en un balcón

sus vidas son piedras
ahogándose en un río.

Ella defiende sus deseos
          se abraza a la luz
          y se salva.


Ivana Szac (Buenos Aires, Argentina)

Fuente: La noche es una mujer que duele, Ivana Szac, Ediciones Croupier, 2015.

sábado, 3 de octubre de 2015

1 POEMA DE ANA MARÍA GRANDOSO


CISNES





Una bandada de cisnes todos blancos voló, rasante, sobre el río.
Dieron vueltas haciendo un óvalo, dos veces, frente a mí.
Luego, recuperado el rumbo, se enfilaron uno detrás del otro, hacia el sur, siguiendo el curso del río.
El Bolshoi copió esta coreografía.


Ana María Grandoso (Argentina, 1946)