domingo, 31 de enero de 2016

2 POEMAS DE CLAUDIA MASIN





LA INFANCIA DE IVÁN


Siempre queda algo por perder.
La imagen de un viaje que hicimos juntos,
en una camioneta cargada de manzanas que caían a la calle
siguiendo el rastro de las frutas, detrás nuestro.
En el agua de los aljibes, decías, hay una luz
parecida a la de una estrella, incluso en las mañanas,
porque los pozos confunden el día con la noche,
sumergidos como están en su penumbra.
Siempre hay algo que resta, un destello
que nos mantiene vivos por error.




EL SILENCIO


De niños respirábamos como las plantas pequeñas,
y el aire más escaso, para nosotros, era suficiente. Vivíamos
igual que las piedras: trasladados por corrientes
o desprendimientos -fuerzas exteriores
sobre las que no se tiene poder ni conciencia- hacia lugares nuevos.
¿Qué peligros y terrores habremos conocidos entonces,
cuando las manos amadas nos ponían en movimiento,
hacia qué ríos furiosos, a qué pendientes
donde íbamos a perdernos habremos sido arrojados,
en qué avalanchas habrá quedado parte de nuestra materia?
¿Y si todo lo que quisiéramos decir ya estuviera escrito
en esa piedra que otros moldearon como viento?



Claudia Masin (Chaco, 1972, reside en Buenos Aires.)

Fuente: "La vista", Claudia Masin, Hilos Editora, 2012.

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