V
También la luz es triste.
Yo me fui en unos ojos,
cuando la tierra comenzaba.
Y apenas era dios.
Navegaban retazos de la noche.
Aún no era hora de despertar, y despertamos.
Lejana la caliente cosecha.
Y sin saber morir, moríamos.
Pregunto a las cosas si el aire me ha olvidado,
si aún retienen los patios un halo de mi infancia.
También la luz es triste y no ha partido.
Yo puedo ser así.
Selva Casal (Montevideo, Uruguay)
Fuente: Días sobre la tierra, Selva Casal, Melón editora, 2013.
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