CAVILACIONES
Acercarse a la ventana con los ojos diurnos oprimidos,
que caigan por el espeso aire y se vuelvan cavilación,
y de ese mundo allá afuera, de anónimos objetos transitorios,
de mundanas pertenencias que nos ignoran,
alejarse como quien cierra la boca para no hablar,
como espantando las moscas o el asombro con la mano.
PERTENENCIAS
Desde el barco, la costa es la mínima señal,
una duda que el ojo insiste en componer.
De alguna manera, alejada para mí,
te has apropiado del mar y un invierno ha llegado.
Será que ahora, todo este vasto territorio,
que separa esta vida de la otra,
inminente de arrepentimientos, de comuniones inexorables,
será, digo, algo que te pertenece
como lo azul pertenece a esos pájaros que se suicidan en el mar.
Horacio Castillo (h) (La Plata, Argentina, 1968)
Fuente: "Ánima cruda", Horacio Castillo (h), Editorial El Mono Armado, 2015.
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