(copio y reenvío)
He recibido este e-mail
y no sé si su autor está vivo o muerto, si quiere estar
donde
está, si ha tenido
una beca o le gusta la comida regional:
yo copio y reenvío:
a)
de los caminos que no tomaremos
líbranos Señor:
de las mujeres que no tendremos
líbranos Señor:
de los viajes que no haremos
líbranos Señor:
de los libros que no leeremos
líbranos Señor:
de las tardes, de los amaneceres, de las tormentas: de la
apasionada
meteorología que devasta o beneficia al
mundo, y que no
veremos
líbranos Señor:
de los rezos que nunca rezaremos
líbranos también;
b)
arrepentimiento de la palabra de más:
arrepentimiento del vino de más:
arrepentimiento del paso de más:
arrepentimiento de la opinión de más:
arrepentimiento del llanto, del grito, del silencio, de los
consejos, de la
soledad de más:
arrepentimiento de haber hecho lo que estará siempre de más:
arrepentimiento del arrepentimiento de más;
c)
resumen de lo dicho:
aceptar el cielo
cuando creíamos en el infierno: aceptar la tierra
cando creíamos en el cielo:
aceptar el infierno:
que así sea
para facilitar las cosas,
por si hay que dejar todo:
irnos de todas partes:
de aquí
sin ir más lejos.
(un desconocimiento contiene muchas cosas)
No sé demasiadas cosas
y a demasiadas preguntas tengo que contestar no sé: esto
no es jactancia ni
falsa humildad: ¿es limitación?: no sé;
no sé a qué hora sale el próximo tren;
no sé a qué hora llega el vuelo de Madrid;
no sé cómo se llamaba el cuarto hijo de María de Médici ni
el primero de María Estuardo;
no sé quién ganó el campeonato de patinaje sobre hielo;
no sé cuántos dientes tenía un tiranosaurio;
no sé regatear;
no sé cuánto cuesta un automóvil de cualquier marca;
no sé cómo es la liturgia de la Iglesia Católica
y no sí si recuerdo la anterior;
no sé qué hora es en Pekín, cuánta gente nace y muere por
día en el planeta,
cuántos kilómetros recorre el Paraná,
por qué no hice lo
que podría haber hecho,
y no sé si debiera saber estas cosas o seguir ignorándolas
como si no fueran
necesarias:
son
las nueve de la noche del 3 de Diciembre: ha empezado la
despedida de este
martes que no recordaré: a esta hora
tengo algo de vértigo: un problema en el oído medio
del que tampoco sé;
quisiera ahorrar el tiempo que no uso, pero no sé cómo
hacerlo.
(la zona de peligro)
El que llega no es necesariamente el que ha salido:
el que triunfa no es siempre el que ha peleado:
el que pierde ya no es nunca el mismo:
el que habla va cambiando mientras habla, y así
el que termina su discurso ya no es el del comienzo:
nunca está claro si se dice lo que se quiso decir:
en el camino hay pérdida y ganancia: es inevitable:
el que habla y el que oye no entienden necesariamente lo
mismo:
el que calla y el que calla oyen cada uno un silencio
distinto:
este mundo transitivo está interferido por nosotros,
entrecruzado,
confundido, vuelto a empezar: siempre
estamos yendo hacia
otra parte
para poder tomar este vaso de vino en paz.
Me encanta leer a un escritor salteño. Confieso que no lo conocía.
ResponderBorrarEstoy conociendo a Santiago Sylvester.No acostumbro leer poesíaporque no me atrae,pero ésta sí!!o
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