Madre
He visto
cómo huyen
los ñandúes heridos
corren donde sus crías
las despiojan
por última vez
gimen con los ojos
enlazan sus cuellos
y gritan
y sienten
entre lenguajes
desgarradores
Hace falta verlos
para entender
que el amor
es casi siempre
una despedida
Albañiles
Como los pájaros
que se escuchan
a kilómetros de distancia
oigo los martillazos
sobre las paredes
A veces pienso
que esa
es una forma extraña
de comunicarse
Me pasa igual
con martillazos
y silbidos
Pero la fuerza y la frecuencia
tienen
su propia semántica:
cada persona
habla como puede
Misael Castillo (Tostado, Santa Fe, 1993.)
Enorme la poesía de Misael. Admiro el fuego que hay en sus versos, su mirada que llega lejos, su ternura que cala hondo. Un gran poeta.
ResponderBorrarInmensos poemas. ❤🦋
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