Tamaño mal
en el centro del hostal
donde las gotas se acumulan cuando llueve
los vapores contagian
los dedos el codo la nuca
trémulo en tul,
el esternón
abrigado juega
intermitentes escondidas con la tibieza.
Kilómetro cero
copiloto de mí
trazo rutas que me lleven de regreso
al mapa inexistente a donde voy.
IV. Alcoba
(...)
No solo el pan se vuelve cotidiano.
Con la misma calma
que los cerezos florecen
al ritmo del butoh
lentos, continuos
delicados engranajes
sin pensarlo construimos
la versátil pareja que somos
y no.
Laura Fuksman (Buenos Aires, 19870).
Fuente: "Hostal Klezmer", Laura Fuksman, Editorial Zindo&Gafuri, 2016.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Dejá tu comentario: