Los emisarios
He atravesado la medialuz violeta
Por la que huyen las noches de febrero
He dejado sobre una mesa la carta desconocida
Que entró por la ventana abierta
Montada al mismo viento que endurece
Las estatuas recién nacidas
He leído el papel
Las palabras letra a letra
Me he preguntado quién
/En esta espera errónea/
Escribirá para otros
Las cosas que yo necesito.
Herramienta
Viaje obstinado de luz a la Tierra:
Rota la pausa de los días buscas
En tu cuerpo visible una señal
Partícula a partícula ese polvo
Que flota en la demolición del orbe
Llena los huecos de tus muebles fríos
De tu TV encendida hacia qué ojos
Y de tu propia osamenta arrojada
Sobre la superficie de un planeta
Que es también un juguete abandonado
Sorprendido acomodas las presencias
Que te rodean a la maquinaria
De la memoria De a poco el paisaje
Se recompone y todo se echa a andar
Viento sin lugar Tijeras que azotan
El lienzo infinito de cada hora
Y ese lenguaje En tu boca En tus manos
Para relatar desde el desaliento
La escandalosa aventura del sol
Sobre las cabezas Para decir
Casi sin cesar como una pregunta
Para pronunciar incompletamente
La limosna diaria de lo mortal.
3
Los que esperan no tienen compañía
Mi habitación es una foto vieja
Que cuelga sobre el muro de la tarde
Y aunque la luz se apagara
La sombra que proyecto sobre el suelo
Quedaría impresa como una huella
Pero la sombra es también un color
La espera no se comparte
Y la mía engendrada en la quietud
Que atraviesa como un sol la ventana
Nada puede resolver
El espacio entre un cuerpo que está adentro
Y un cuerpo que transita por fuera
Por eso avanzo Por eso estoy quieto
Y es por eso que me quedo
:
Para viajar hay que perderlo todo.
Fernando G. Toledo (San Martín, Mendoza, 1974),
Fuente: Planto Secuencia, Antología poética 1998-2018, Fernando G. Toledo, Ediciones Del Dock, 2018.
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