domingo, 5 de septiembre de 2021

MÁS POEMAS DE VALERIA CERVERO

 





Algo en lo imperceptible de la luz

evoca la felicidad o la amargura que nos hila.

Pasos cortos o largos,

da lo mismo para llegar.

Un cabeceo a la distancia, un margen

que varía, letras que sólo esperan,

la suavidad a lo largo.

Fuerzas de la materia que hablan de nadie;  [2]

entre la caricia y el desvelo,

un modo de estar en el otro.

Si el soporte de la palabra finalmente es la memoria,

¿decimos para quién?

¿Quién es el que se corre?

 

 

 

_________________________________________

2 Daniel Freidemberg, “Aguas que tiemblan, como blancas”, Lo espeso real, 1996

 

 

 

Alguna vez saldremos de aquí,

de esta parte del mundo sin palabras,

de lo que roza la espalda y aún se esconde.

¿Pero qué haríamos sin nuestros muertos?

¿Qué podríamos sin ellos,

con lo mucho o poco que nos queda?

Ni la mudez ni la presencia anuncian nada,

sólo son atajos frente al día.

Una excusa para evitar aguas que desbordan,

Un respiro antes de la tormenta.

¿Por qué qué espíritu protege lo que cae   [3]

ante la insistencia de lo que vendrá?

 

 

__________________________________

3 Valeria Pariso, “9”, Mascarón de proa, 2018.

 

 

 

Las mujeres de mi familia murieron solas o acompañadas,

pero dejaron sus voces sonando en el recuerdo antes de irse.

Tal vez haya sido una forma de legado,

una manera de tocar los otros cuerpos desde la lejanía.

No busco entender las vueltas que da la propia historia o la ajena.

¿Cuánto encanto tendrían entonces?

Dios tal vez sea todo lo que no logro comprender

pero no llega a parecerme absurdo.

 

 

                                                                             (de Agujeros en la superficie)

 

 

Costuras

4.

 

Es verdad que una puerta suena como quien la abre o la cierra. Se sabe: cada sonido tiene su propio cuerpo. Su linaje también. La mortalidad de quienes quedan afuera sólo es comparable a la del decir a la intemperie. A la voz que abarca sola su propio estar.

 

 

Olvido

 

12.

 

Las penumbras también nos hablan de los otros. De la espera puertas adentro, casi al borde del día. La voz parda para decir un nombre. La energía puesta en la tarde que haya que volver.

 

 

Ctalamochita

 

24.

 

La belleza no se separa del mundo. El sonido del agua es el sonido del primer día. Tal vez por eso no sabemos qué decir. Las palabras fluyeron hasta quedarnos sin nada.

 

 

35.

 

 

La piedra también cuenta. Guarda la historia de medio milenio atrás. La piedra es la historia. Morteros de familias o alegro del chamán. El paisaje es la casa que perdura.

 

                                                                                     (de Ctalamochita)



Valeria Cervero (Buenos Aires, 1972)

Fuente: Agujeros en la superficie, Valeria Cervero, Kintsugi Editora, 2021.

             Ctalamochita, Valeria Cervero, Barnacle, 2020.



 

 

 


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