lo habitaba la música
por entonces
sólo a veces se sentaba en el piano
y ella surgía
como el genio que vivía en la botella
traslúcida y extraña
vibraba
como los pies de una muchacha
que ama la lluvia y baila
entre los charcos
yo pasaba en puntillas
desde el vano
le miraba las manos
lo escuchaba
no dejó partitura
la escribió dentro mío
en lo profundo
por las noches
soñando
su hija la tararea
sueño con poemas
llenos de mariposas y caballos salvajes
galopan las tropillas mientras duermo
sus cascos suenan
por la ceja del monte
los oiré cuando me aloje
bajo la tierra azul?
hoy es sábado
está encendido el fuego del asado
no hay sol es mediodía
y hace frío
el jardín vuela
se ríe a carcajadas
con los brazos abiertos
y hay tres caldenes
que lo imitan
si cuentan sus anillos
verán que aún los niños
llegarán como mucho al centenario
vuelan los cardos rusos me llaman
no respondo
permanezco al cobijo de la casa
para que la innombrable
olvide mi presencia
Ana María Lasalle (Argentina)
Fuente: "Lápices rojos", Ana María Lassalle, compilación de Anamaría Mayol, con ilustraciones de Paula Lassalle, El Mensú Ediciones, 2021.
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