viernes, 23 de junio de 2017

5 POEMAS MÁS DE DIEGO ROEL





2



Pero,
¿quién logrará domar el caballo de la muerte?

¿Quién tomará las riendas?

Desde esta curva del camino
apenas distingo el contorno de las cosas:
el horizonte es una huella intermitente.

Han partido las caravanas y los niños.

¿Quién domará el caballo de la muerte?







7


Algo siempre imperceptible
cae y golpea sobre mí.

Hay una voz que repite en mi cabeza:

Las otras islas son:
la de la Madera, la de Bugio, la del Pilar.
Y aquellas de suelo rojizo, atravesadas por venas de basalto:
la de Tavira, la de los Amores, las Salvajes

Sopla el viento y trae
                                  barro y arena,
transporta la simiente del mar.

la del Islote Plano, la de la Resurrección, las Desiertas

Algo imperceptible
cae y golpea sobre mí.

En los obenques, a sotavento,
oscilan las últimas banderas.






Solsticio de invierno


1


No te distraigas:
                         alcanza aquella ola,
ese reflejo en la cima del planeta.

Cabalga sobre el rayo,
                                   rompe las bridas,
lleva tu cuerpo hasta esa curva
donde las yeguas se desatan.

En esta última playa
abandona tu pequeño aliento.

El relámpago gobierna todas las cosas.





Hiedra Solar



4


El sol golpea el lecho de la escarcha,
desarma la calavera del invierno.

La muchedumbre avanza y se pierde.

Los niños descienden al jardín donde los muertos
cultivan la flor de la distancia.

El milagro
reposa siempre en la inminencia.





8


Abandoné la casa de mi padre
y descendí hasta el sitio donde las aves
rayan el cielo con la punta de las alas.

¿Adónde voy desnudo y mojado hasta los huesos?

Ya vi sucumbir
al niño, al anciano y al soldado.

¿Es tan resbaladizo lo que cambia?




Diego Roel (Témperley, Buenos Aires, 1980)
Fuente: "Las intemperies del mar", Diego Roel, Editorial Detodoslosmares, 2017.



sábado, 10 de junio de 2017

3 POEMAS DE MARÍA MELECK VIVANCO





CORAZÓN DE ALTOS PÁJAROS


 Llega lo más amado y resistido    Desangrado poema Bella Muerte    La magia engalanada en primavera con su ríspido sueño empecinado, con su mástil cerrado de claveles
 Llega lo más amado y peregrino     Mil pétalos procuran su custodia entre vidrios que arrasan las ciudades entre cactus de miel y mansa lluvia
 Vuelve el fondo del mar a repetirse    Rompen los pies del viento su crisálida    El quebrado rumor de agua secreta por los rincones verdes de una casa
 Corre a la vera de un estuario ardido como si se quejaran las palabras
 Inútilmente el ama se prodiga en grito despiadado y solitario
 Adivino la fiebre entre diluvios    (sus cuchillos de sol, sus rosas tristes)

 Desangrado poema    Bella muerte   Corazón de altos pájaros heridos





LA BRÚJULA


 Late en mí sordamente el pulso del aroma    Enferma que sonrío    Desarraigada brújula sin furia sin hechizo, en diáfanas canoas regresando junto al verano de las mariposas
 Un patrimonio de sutil herencia atraviesa mi sed y me contiene    Vengo de la montaña dura de ajenos miradores al increíble río de la pena    La lluvia enfría mis espaldas    Los astros aún me desconciertan
 Enferma de alta piedad    De enhiestas profecías
 Bajo solemnes piedras castigadas y ruidosos lagartos  -los lagartos sonoros- en la fogata trémula del sol
 ¿Era el dolor mi eco?    ¿Mi fuego diminuto?    ¿Mi siesta sin malicia?    ¿La infancia confundida en un relámpago?

 Oh tan pequeña y lazarillo para ciegos    Por la tormenta de sus ojos, bebía la palabra amor





AMAPOLA INSISTENTE


 Antes de ti, era como si los ríos no alcanzaran el mar    Las flores clausuraban  su espejo y allí desvanecían    Tantos opacos y miserables años en esta cima oscura de la tierra
 Ahora bendigo tu nombre de enjambre alborozado
 Tus palabras, serafines de lluvia que refrescan el tedio    Tu sangre, amapola insistente sobre la aldaba inmóvil de la muerte

 Y tus signos    Tus signos para encontrar a dios




María Meleck Vivanco (San Javier, Córdoba, 1921-Maldonado, Uruguay, 2010)

Fuente: "Plaza prohibida", María Meleck Vivanco, Ed. Baldíos en la Lengua, 2016.

lunes, 5 de junio de 2017

3 POEMAS DE HUGO MUJICA




18.


silencio
alto silencio

ni una voz
que despierte
distancias

la piel de tus ojos,
celeste
más allá
lo eterno

sin descanso






20.


sólo la lluvia no es fragmento

y algún pájaro
blanco
dibujando gestos de
infinito

patria de alas
el desarraigo

lo asible de tu ausencia





54


de otras orfandades
mis gestos,
de la tuya
el yéndote que me despoja

este nunca llegar
al fondo de nada
que acaso sea
fondo de todos

y el aquí de la muerte
                           y el allá de la vida





Hugo Mujica (Buenos Aires, 1942)

Fuente: "Al alba los pájaros", Hugo Mujica, antología poética 1983-2016, Editorial El Hilo de Ariadna, 2017.