viernes, 20 de agosto de 2021

1 POEMA DE GABRIELA CLARA PIGNATARO

 



TRENZO MI PELO, CAE UN RAYO


En este pueblo no había espejos

                   ni ventanas

nos mirábamos en las paredes

sucias de los desastres sin origen

con raíces enredadas en látigos

aprendimos:

cada movimiento puede ser el último

respirar, tajearnos la espalda

vimos nuestra cara en las telarañas

nos balanceamos con cuidado

entre los nudos

                    apretamos la boca

el aire justo que deja entrar

insectos raquíticos

una mínima luz de proteína,

crecimos como espigas encorvadas

por el verano de los ojos dentados

sanguijuelas succionando

                    nuestra marcha

arrancadas en lo más tierno

                     por manos limpias

de sangre hasta las muñecas, así

nos enseñaron el gesto de la margarita

lánguida, blanca, se abre, da

se abre, se desnuca: se queda calva

el cuello disecada en las yemas

                      de los depredadores.


Fuimos enviadas al desierto

                        a amamantar a las hienas

a pescar anguilas con hachas

ahí nos vimos, en el filo

los ojos brillantes

nuestras lenguas rojas

uñas perforando el eco del estanque

                         nos reconocimos,

ya habíamos besado tantas veces

con los labios curtidos

de otras, que éramos nosotras

observándonos a ciegas

                           en las fallas del muro

-todas fuimos nuestro espejo-.


Una mujer grita en una fiesta

una mujer cosecha en la montaña

una mujer canta al pie de un abismo

una mujer se cubre la boca y la nariz

con un pañuelo

una mujer acaricia un colibrí

una mujer prende fuego las cruces

que le colgaron

una mujer cabalga de espaldas

saluda a un puma detrás del monte

una mujer hace un círculo de sal

y mira las estrellas

una mujer arroja al agua un manojo de 

células

que no tienen el nombre de su deseo

una mujer astilla mil pantallas

una mujer abre una ventana

una mujer cierra una puerta

una mujer baila desnuda

una mujer entra en el río

una mujer conjura las mareas

una mujer abraza el peso de su cuerpo

una mujer trenza su pelo, cae un rayo.


Hermana, 

la tormenta que se aproxima

somos nosotras centellantes,

estamos en camino.


Gabriela Clara Pignataro (Buenos Aires, 1985).

Fuente: Somos Centellantes #ArtistasPorelAbortoLegal, 2018.



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