el chamán de los huesos
flota en su aura el chamán y dice:
tus huesos se han gastado
han cargado demasiado
han cargado equivocadamente
fuma y esparce su humo sobre mí:
te apoyaste en tu lado débil
por la sombra que ofrecía
ahora tu eje está descentrado
la simetría perdida
llevas las piernas que antes te llevaban
el chamán me cubre con su manta
agita sus hierbas milagrosas
hojas de abedul, artemisa y salvia
y reza la curación:
el equilibrio vendrá de tu mano
cuando una noche sin luna
quemes el puente que tus huesos cruzaron
el don
incienso y velas en la mesa oracular
talismanes entre el humo
y un vaso de agua a cada lado
en la poca luz
dice sus plegarias la vidente
debe atravesar un muro
y navegar el río subterráneo
que la lleve a la casa del dolor
mi nombre está en su boca
como la piedra que debe romper
-es una piedra que vino con el río-
le he pagado por preguntar a los muertos
por develar antiguos secretos
el origen de la dispersión
en el oleaje constante de los rezos
regresan los átomos de su diáspora
la casa emerge y se oculta
en el lento trabajo del humo
pasaron horas o semanas
el agua de los vasos se ha secado
la vidente regresa envuelta en mortajas
y dice:
no hallé tu casa ni tus muertos
la piedra de tu nombre no se rompió
ése es tu don
entra en la oscuridad y tómalo
Margarita Ardengo (Mendoza, 1955).
Fuente: Material enviado por la autora, seleccionado por V.P. para la convocatoria NOS LEEMOS 2021.
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