viernes, 26 de noviembre de 2021

4 POEMAS DE ALAN LA VEGLIA

 





2




A oscuras.
El fuego en la hornalla te ilumina la espalda.
La brisa en el charco,
                              hojas,
nubes se dispersan como peces.

Arrastran un bote por la tierra.
Escuché tus palabras en el trigo
cuando la tarde se rendía
en el oficio de las estrellas.

Un loto se aleja en el estanque,
                       así fueron tus palabras.








3




En el brillo del fuego
en las hojas pequeñas de los nogales
sugiere la derrota de la hoguera,
la pronunciación clara de la noche.

Un balde con agua puede retener
el cuerpo difuso de una estrella
o la caída de un mes en los juncos.

Pero la belleza no alcanza.
Hay que reconocer el trabajo del invierno,
las palabras que usamos para mostrar
los sitios que envejecieron con nosotros.









Hay palabras más frágiles
que la oración del sol en las grutas.
Palabras que resisten,
el choque de dos piedras
oficiando el invierno,
el hocico del animal
temblando en la mañana.
Otras, son su propio nacer,
el bosque abriéndose
al laúd del poeta chino 
o la llovizna en los hierbajos.
Sólo son ejemplos para decirte
que bajo las palabras te espero
como el cuenco de Santoka al arroz.









Confundí la forma en que musitabas ciruelos
con los cencerros de las ovejas ocultas en la noche.







Alan La Veglia (San Miguel del Monte, 2001).
Fuente: "El pasto muerto cría luciérnagas", Alan La Veglia, Ediciones En Danza, 2021.


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