Pellinore
La bestia que formamos
ya ha vivido todos sus caminos
los va desanudando
hacia adentro
R.G.H.
Y a quienes quieran asestar el golpe
les digo:
mejor que escondan la mano.
La memoria del caballero está perdida,
yo no recuerdo: empuño la espada.
Y cuando el olor a sangre me marea
y la armadura busca anclarme al suelo
con más fuerza levanto la frente y
ferviente
miro hacia arriba.
Las nubes forman dos ojos
que me bañan con curiosidad
con fascinación
espoleo mi corcel y acometo
ungido.
Y las astillas
del escudo deshecho
pulverizado
del temerario mancebo
aletean como polillas en el aire dulce
otoñal
refulgen solares del sol
que se filtra entre el follaje.
Y en el día empañado por el sueño
desde mi montura
por sobre el hombro
veo en el sangrante muchacho caído
todavía no un caballero
mis truncas ansias de gloria
mis propios sueños deshechos
pulverizados
aleteando como polillas en el aire otoñal
agridulce
mi propia juventud caída
rendida
depuesta
y me apiado.
Pablo Codazzi (CABA, 1990, vive en zona Oeste del conurbano bonaerense).
Fuente: Material enviado por el autor, seleccionado por V.P. para la convocatoria NOS LEEMOS 2022.
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