I
La lámpara caída los yuyos crecidos el mal trago
de la herrumbre
vienen a nosotros desde el primer momento
pero la opacidad límpida de las manos que nos reciben y acunan
provocan ese equívoco
de creernos
a salvo
al cual adherimos
con inocencia
a medida que empezamos
a hablar.
V
En el gran living
la biblioteca.
¿Habrá alguien en esta casa
hábil o indiferente
con lo postergado
o con aquella historia reacia
a convertirse en palabras
para darle forma?
Quizás
desde aquella hora apacible/oscura
o desde el perfume que obstinado persiste
en placares y cajones
aparezcan fragmentos criaturas difusas en la luz.
XIII
En la sala de espera los pacientes de mi padre
componían un vasto cuadro de enfermedad
y promesas de salud guiadas
por su hablar educado de manos firmes.
De igual modo era frecuente
que interrumpieran la placidez
de nuestras noches con timbrazos
corridas de madrugada o a la hora de la siesta
urgencias que dejaban sangre en el piso del consultorio
en las batas largas y en las toallas blancas de papá.
Sangre coagulada
seca
como el dolor de las madres
en la espera del milagro.
XIV
Sangre en baldes
ropa que luego sería sometida
a un tratamiento profundo de limpieza
ropa que se enjabonaba y refregaba más de una vez
hasta borrar el rastro
de la herida/la sutura/el bisturí.
A la hija
la sangre así lavada
verla diluirse bajo la canilla abierta
verla perderse por las hendijas del tapón de la pileta
ver los coágulos perdurar unos segundos
en las manos
sentir el olor inconfundible
antes de desaparecer por las cañerías
le fundó un paisaje.
Bello y atroz
el rastro de la sangre en la nieve.
Inés Legarreta (Chivilcoy, provincia de Buenos Aires, Argentina).
Fuente: "De lejos y de cerca", Inés Legarreta, Ediciones en Danza, 2023.
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