domingo, 31 de mayo de 2015
4 POEMAS DE PABLO ALBORNOZ
(Sobre lo sagrado)
Tu ausencia es lo primero
que se transforma
en devoción
(El huésped)
Me pide que escriba
que haga algo
con las palabras
que no duermen
de noche
(Apetito)
Mi apetito
hundiéndose
en la belleza
mi oscuridad
hundiéndose
en la soledad
es tan largo
el camino
hacia la infancia
(Bajo el árbol del dolor)
Dos soledades
en la misma sombra
juegan a ser luz
Pablo Albornoz (Magdalena, Provincia de Buenos Aires, 1978)
6 POEMAS DE FRANCISCO URONDO
TU PEQUEÑO CORAZÓN
Apoya sobre mi brazo tu pequeño corazón. No temas, detrás
de la ochava nada puede alarmanos demasiado.
Sólo el horizonte que asoma para luego volver a esconderse.
FUEGO NOCTURNO
Los sueños dejan ver las libres gaviotas. Es con el hueso de
tus ojos, es tu corazón que arde, atrás, con los pajonales.
Y luego la calma chicha, el aire enrarecido y el deseo
de volver a vivir.
ANDÉN
La miro partir como si fuera algo mío. Intento un saludo
que muere sobre mi caparazón: no hay un solo vehículo
que nos acerque.
Sólo a veces en ella una voluntad imprecisa de amor, una
paciencia.
EL TIEMPO, SIGUE
la tarde se va
y los colores
y el agua
y ese aire
entre nosotros
ese soplo
que nos rodeaba
cómo vivir
sin ese sol
con este desaliento
qué penoso hablar
tocar un árbol
qué veremos después
más hermoso y más lento
UN DÍA MÁS
ronca
lenta tarde
dueña del dolor
de caer
de golpear
de irse
ver el amor
más allá de las sombras
CANCIONES
a Jorge Enrique Adoum
1
Cuidado con el calor
y el sabor; con
las esperanzas mal
paridas. Cuidado
con soñar
porque ha llegado el momento.
Francisco Urondo (Nació en Santa Fe Argentina, 1930. Murió en un enfrentamiento con la policía en la ciudad de Mendoza en 1976)
Fuente: Francisco Urondo Obra poética, Adriana Hidalgo Editora, 2014.
2 POEMAS DE SYLVIA CIRILHO
MIAALMAMIA
Sabrás mi alma mía alma mía que llueve
como antes sobre las paredes.
Algunos eligen azules líquidos
que vuelvan en tazas de porcelana colorida.
Mucha alma acumulando
léxico, anagrama, melodía
papel glasé
malaquita de soberbios que
bautizan 1 mar y a 1 caracol
cuando
vosyyo vamos por la puerta
a romper cualquier caja
las claves de callar (se)
ésa polirritmia
otro pulso vivo
la verdad apretada
en el fondo del laberinto
como una bomba de aire.
NEROLÍ
En la hora de los dátiles
los crepúsculos lentos
los fervorosos sorbos al agua noble
dibujan
una espalda con alas de arena.
tus palabras
capaces de dar cuerda
a cada uno de mis músculos.
Sylvia Cirilho (Buenos Aires, Argentina, 1962)
Fuente: "Pulpa a la hora de los dátiles", Sylvia Cirhilo, Textos intrusos, 2014.
2 POEMAS DE DIEGO ROEL
LAS LEYES DEL ALBA
en extrema crucifixión
tengo mis brazos mis ojos mis manos los pies
en extrema crucifixión
porque yo estoy puesto en el mundo
por las oscuras leyes del alba
por una gran boca de mil lenguas de oro
puesto y arrojado
para sufrir morir y elevarme
tantas veces
estoy puesto y arrojado
multiplicado y expandido
en levísimos fragmentos de ilusión
sí, estoy crucificado
puesto a parir y a engendrar extrañas criaturas
a sangrar y fornicar de mil maneras con las sombras
y a morir y morir
tantas veces
como sea necesario
escucho lejanas letanías
y recuerdo
recuerdo cuando escuchaba lejanos cantos o misas
/ en el bosque
y tenía una canción un nombre propio una guarida
también un Padre una Madre un leve canto
un susurro leve apenas quizás
yo tenía un mundo un país una familia
entonces emigré
y busqué lo Oscuro por pasión o por locura
y por pasión o por locura huí al desierto: mi corazón sin luz
yo tenía un mundo un país una familia
y tenía mil noches compartidas mil lechos
y amigos llenos de manos vacías
y un dios carnal sufriente:
mi propio dios Padre Tótem ausente todavía
cuando huyendo del salvaje ritmo marcado por los cuerpos
era yo el mismo pero otro distinto reflejado en los espejos
era yo el otro el traicionero el perspicaz
huyendo siempre en agonía
huyendo siempre
huyendo siempre en agonía sin Padre
LO IMPOSIBLE
sin embargo, aquí estoy para hacer de mí
una fabulosa ofrenda, una señal, un sacrificio
me entrego al arbitrio de los Vientos
sí, aquí estoy para arrojarme
a los dientes del León
a las transparentes bocas del Cielo
aquí estoy para arrojarme
al centro de un viaje sin retorno
porque tengo partes de mi cuerpo
colgando del deshilachado esqueleto de los ángeles
tengo partes de mi sexo
en los ojos de una extraña Mujer
tengo partes de mi alma
en busca de ese nombre de oscuro leopardo
aquí estoy para hacer de mí
un concierto de voces de niños sin Padre
no tengo edad para nombrarme
para encontrarme en los restos de la Sombra
no tengo edad aún
para caminar entre los vivos del planeta
entre violentos animales y sueltas tijeras en punta
todavía no me nazco
no tengo edad aún para nombrarme
entretanto
las tardes pasan
y tejen su largo manto de imposible
las transparentes gasas del otoño
cubren los restos del festín
y Dios se acuesta con su propio Hijo
sobre un diván de lujosas guerras
ya lo dije:
todo es farsa y simulacro
un viaje al centro del cuerpo vivo de los muertos
una tentativa inútil
una lucha con la Sombra
un rescate imposible
por eso me entrego al devenir de las aguas del planeta
al eterno fluir de las imágenes del mundo
porque no hay salida
no hay desembocadura
(delante viajan los infiernos)
ahora estoy anclado en mi cuerpo
como una bandera sobre los rápidos paisajes
tengo las manos en llamas
no puedo evitarlo
me aferro al oscuro alfabeto de la Muerte
y lo pronuncio en voz alta:
el primer signo: los Amores perdidos
mujeres que cayeron del cielo para partirme con el largo rayo
/ de sus vidas
el segundo: la Belleza perdida en circulares laberintos sin
/ centro
arrebatada de mis manos por los crueles emisarios de lo
/ Oscuro
el tercero: esas Ciudades destruidas por dioses de barro
/ o perfume
ahora estoy anclado en mi cuerpo
Señor,
yo he visto a los fragmentos de Dios disfrazarse de Diablo
y he visto al Diablo en los ojos de Dios
Señor,
hoy todo pesa sobre mí como una fiesta inconclusa
como un olvidado ritual de gestos y paisajes
y todo es puerta que se abre, que se cierra y no se nombra
porque en lo nombrado se insinúa un rumor de muerte
una apagada canción sin melodía posible
tengo las manos en llamas
porque hoy he visto al Tercer Ángel de los cielos
desandar su suerte sobre mí
Él atraviesa las sagradas fiestas infantiles
y ve avanzar su delgado rostro
(delante viajan los infiernos)
tengo las manos en llamas
Diego Roel (Témperley, Provincia de Buenos Aires, Argentina, 1980)
Fuente: Padre Tótem - Oscuros umbrales de Revelación, Diego Roel, Ediciones El Mono Armado, 2013
viernes, 29 de mayo de 2015
1 POEMA DE ALFONSINA STORNI
Los Malos Hombres
Amigas: defendedme,
Me han hecho un grave daño,
En una mala noche
Fieltro malo me han dado...
Sabed, amigas rubias,
Las de los dulces labios,
Sabed, amigas rubias,
Que por la vida andando
Unos hombres -tres eran-
Me salieron al paso.
Oh, amigas, defendedme,
Que perezco de espanto...
Eran aquellos hombres
Lúgubremente largos...
Secos como esqueletos,
Blancos como mis manos.
La nariz, de cortante,
Pudiera dar un tajo.
Los ojos se escondían
Felinos, bajo el párpado,
Y eran finas, muy finas,
Finísimas sus manos.
Oh, amigas, en silencio
Aquéllas me apresaron:
Seis tenazas heladas
Me tendieron un lazo
Contuvieron mi llanto,
Seis cadenas humanas
Me domaron los brazos.
Amigas, esos hombres
Los ojos me vendaron.
Las flores que llevaba
Las tiraron al barro.
Un alfiler al rojo
Pecho adentro me hincaron.
Ungiéronme los labios
Con aceites amargos.
Con abrojos y zarzas
Mis dedos maniataron.
Me dijeron que yo
Soy un pobre guijarro.
Me dijeron que Dios
no es ni bueno ni malo,
Pero que aquél no es nada
Y yo, en cambio, soy algo.
Después...después...crueles
Rieron de cansancio...
Después...después...crueles
Riendo se alejaron.
Y yo quedé vencida
Sobre el camino largo.
Amigas, desde entonces
Tengo el cuerpo embrujado.
Amigas, desde entonces
Resiste grave el daño
Amigas, desde entonces
Me persigue el espanto.
..................................................
Nunca salgáis de noche,
Las de los dulces labios.
Nunca salgáis de noche,
Ni con cielo estrellado.
Los hombres andan sueltos,
Como perros sin amo.
...Y eran tres hombres secos,
Lúgubremente largos.
Alfonsina Storni (Suiza, 29 de Marzo de 1892, residió en Argentina, falleció el 25 de Octubre de 1938)
Fuente: Alfonsina Storni, Poesías completas, Editorial Sela, 2011
4 POEMAS DE ANAHÍ LAZZARONI
Graffit
Alguien debería dibujar de un modo impecable
el mapa de una ciudad loca
a la que abofetea el viento.
Bordeada por un mar gris y murallas de piedra,
con gentes de poco hablar
navegando sus propios océanos.
Nombro una ciudad que no está muerta ni viva.
15 de octubre, 2003
Del otro lado
La mujer que encontraron muerta en la playa era joven.
El martes y el miércoles cayeron meteoritos detrás del glaciar
los pobladores dijeron que llevaban una cola de fuego azul.
Del otro lado de la ciudad hubo grandes estruendos.
Un pájaro castaño cruzó un cielo de nubes oscuras.
Por esta calle no anda ni un alma. Y eso que es viernes.
17 de setiembre, 2004
Un día como otros
Dice que están por demoler la casa de enfrente,
la de chapas de color verde agua
con el jardín tan descuidado que parece abandonado.
Que ayer escuchó en la calle que ahí construirán un hotel.
En la ciudad los hoteles brotan como hongos.
¿Y el viento?
El viento sopla.
25 de diciembre, 2005
La ciudad y el poema
Observás cómo enseña a hacer tempura
una cocinera japonesa en un documental,
sentís la ciudad colapsada.
Mirar una cosa y pensar en otra,
quizás en eso consista la escritura
o el poema que comienza a escribirse
a espaldas del mundo
al mejor estilo de un buen ladrón de gallinero.
Es de noche y no llueve,
no llueve por una vez en esta ciudad.
Ya hubo alerta amarilla por vientos huracanados.
Eso pasó
como pasa todo y nadie lo recuerda.
21 de abril, 2006
Anahí Lazzaroni (La Plata, 1957, reside en Usuhaia, Tierra del Fuego, Argentina)
Fuente: "El viento sopla", Anahí Lazzaroni, Editorial El Suri Porfiado, 2011.
3 POEMAS DE MARGARET ATWOOD
HISTORIAS REALES
I
No preguntes por la historia real:
¿para qué la necesitas?
No estaba en mi equipaje,
ni es lo que llevo ahora.
Salgo a navegar,
con un cuchillo, un fuego azulado,
suerte, palabras amables
que aún sirven, y la marea.
II
La historia real se ha perdido
de camino a la playa; es algo
que nunca tuve: esa maraña negra
de ramas en medio de una luz mudable
mis huellas borrosas
cubiertas por el agua
salada, este puñado
de huesos pequeños, la presa de un búho;
una luna, papeles arrugados, una moneda,
la imagen fugaz de una vieja merienda,
los agujeros hechos por amantes
en la arena hace cien
años: no queda rastro.
III
La historia real es una men-
tira dada entre las otras
un caos de colores, un revoltijo de ropa
arrojada a la basura,
como corazones de mármol, como sílabas, como
despojos de los carniceros.
La historia real es perversa
y múltiple, y es falsa
siempre. ¿Para qué
la necesitas? Nunca
preguntes por la historia real.
Margaret Atwood (Otawa, Canadá, 1939)
Fuente: "Historias reales", Margaret Atwood, Traducción María Pilar Somacarrera Íñigo, Editorial Brugera, España, 2010.
3 POEMAS DE JUANA BIGNOZZI
MI GLORIOSA JUVENTUD
He decidido quedarme indefinidamente
existe este dolor suave casi cansancio
yo repito tu nombre como quien dice
tengo sed o es muy tarde
nada se rompe nada se detiene
los que mueren los que se preparan a morir
las cosas que no fueron dichas en su momento
los infinitos caminos del dolor
la resignación que se instala en la vida de los que amo.
Cuando me ahogo
recorro acompasadamente
algunos de los infinitos caminos que llevan a la locura
mi vida a través de él mi vida sin él
mi vida cercada por los que amo.
FUNCIÓN SOCIAL DE LA POESÍA
Si toda vida es referencia a nuestra vida
espero dejar una palabra
que ampare a alguien
en estas tardes inhóspitas de recuerdos
***
la buena gente sabe dónde está la felicidad
mi padre sabía cuál era la patria de la clase obrera y era feliz
mi portera no tiene deudas y es feliz
mi amiga se enamora con amplitud y es feliz
yo te recupero te olvido rechazo mantengo a la espera
tu perfil me sigue emocionando
y entonces creo que la felicidad no siempre es ajena o de simples
Juana Bignozzi (Buenos Aires, Argentina, 1937)
Fuente: "La ley tu ley", Juana Bignozzi, Adriana Hidalgo Editora, 2000
miércoles, 27 de mayo de 2015
1 POEMA DE ROBERTA IANNAMICO
NIEBLA
La niebla avanza
por entre los árboles
por entre las casas
y en su avanzar se adensa
todo el paisaje
se vuelve lejano
envuelto
en blanquecino misterio
un velo
un tul
como el de las novias
como el de los muertos.
Roberta Iannamico (Bahía Blanca, Argentina, 1972)
Fuente: "Un libro oscuro- 105 poemas negros", Selección y prólogo de Florencia Castellano, Editorial Bajo La Luna, 2012.
La niebla avanza
por entre los árboles
por entre las casas
y en su avanzar se adensa
todo el paisaje
se vuelve lejano
envuelto
en blanquecino misterio
un velo
un tul
como el de las novias
como el de los muertos.
Roberta Iannamico (Bahía Blanca, Argentina, 1972)
Fuente: "Un libro oscuro- 105 poemas negros", Selección y prólogo de Florencia Castellano, Editorial Bajo La Luna, 2012.
lunes, 25 de mayo de 2015
1 POEMA DE MIRTA ROSENBERG
EL ORIGEN DE LA ACCIÓN
La pasión más fuerte
de mi vida
ha sido el miedo.
Creo en la palabra
(dilo)
Y tiemblo.
Mirta Rosenberg (Rosario, Argentina, 1951)
Fuente: "Un libro oscuro- 105 poemas negros", Selección y prólogo de Florencia Castellano, Editorial Bajo La Luna, 2012.
viernes, 22 de mayo de 2015
5 POEMAS DE OSVALDO BALLINA
los inmensos leones de la luz
Amor: es sencillo.
Los inmensos leones de la luz
han despertado
las aguas natales de la tierra.
Es el verano.
La memoria más inocente
se atribula con la luz más desnuda.
No es ámbito para magia superficial.
La alegría por toda razón.
Nada oscuro pesa sobre los párpados.
olor a miedo
Para matar el olor a miedo
se necesitan millones de sol.
Tomar por el cuello,
apretar
y cerrar la casa por dentro.
un cuchillo entre los dientes
Enseñan a vivir
con un cuchillo entre los dientes
Olvidan que el abismo más profundo
es sentirse inmortal ante el prójimo
Todo está en venta.
En la inmensa feria corrupta
el precio que pago es por la paz.
sin margen de fuga
La ciudad revela el rostro de cada uno.
Los días, los silencios y las distorsiones
dejan sin margen de fuga.
Mejor así.
Busco trabajo en las buenas vibraciones
a riesgo de pérdida total.
No un refugiado.
Alguien que no duerme entre depredadores.
una bella hora
Jardín de verano: entre plantas y flores, el sol.
Detrás, el mar y sus oleajes de claridad.
Nadie urde heridas.
Es una bella hora.
Los ecos de la vida se incendian de azul.
Será éste el verdadero exilio?
No retrocedas.
Osvaldo Ballina (La Plata, Argentina, 1942)
Fuente: "sol que ocupa el corazón", Osvaldo Ballina, elepé ediciones, 1991.
jueves, 21 de mayo de 2015
4 POEMAS DE MARIEL MONENTE
IX
Lo plano
Lo ancho
Lo maltrecho
Lo escarpado
Lo liviano
Lo anterior
Invade.
(del libro Cordel)
I
Escribir
el amor y un pájaro
ahora
la sutura.
(del libro Sutura)
IV
desafiando lo oscuro
adivinando el rostro del abismo
la mano extendida en la penumbra.
(del libro "Sombra de cóndor")
XIX
El pasillo no está
los cuerpos se fueron
¿quién es el que gime allí
la que llama?
es un ovillo desmenuzado que no alcanza
no alcanza
se trunca lo que debió ser
¿duelen al camino los desvíos?
(del libro "Lo que precipita")
Mariel Monente (Buenos Aires, Argentina, 1961)
Fuente: "Cordel", Mariel Monente, Ediciones El Mono Armado, 2014
"Sutura", Mariel Monente, Ediciones El Mono Armado, 2014
" Sombra de cóndor", Mariel Monente, Ediciones El Mono Armado, 2014
"Lo que precipita", Mariel Monente, Ediciones El Mono Armado, 2014
1 POEMA DE KATHERINE MANSFIELD
LLEGADA
Parece que me paso la mitad de la vida llegando a hoteles extraños-
Y preguntando si puedo irme a la cama enseguida.
Y le molestaría llenarme la bolsa de agua caliente
gracias, es delicioso.
No, no necesitaré nada más-
la puerta extraña se cierra tras la extraña
y entonces me meto entre las sábanas
esperando que las sombras salgan de los rincones
y tejan una telaraña lenta, lenta,
sobre el empapelado más horrible de todos.
Y preguntando si puedo irme a la cama enseguida.
Y le molestaría llenarme la bolsa de agua caliente
gracias, es delicioso.
No, no necesitaré nada más-
la puerta extraña se cierra tras la extraña
y entonces me meto entre las sábanas
esperando que las sombras salgan de los rincones
y tejan una telaraña lenta, lenta,
sobre el empapelado más horrible de todos.
Katherine Mansfield (Nueva Zelanda, 1888-Francia 1923)
Fuente: "Té de manzanilla y otros poemas" Selección, traducción y prólogo Mirta Rosenberg y Daniel Samoilovich, Editorial Bajo La Luna, 2012.
miércoles, 20 de mayo de 2015
7 POEMAS DE JORGE CHIESA
UN INVIERNO RUSO
1
Desde el colectivo en movimiento
se queda mirando un pueblo
llamado Coronel Vidal.
Sea de día, sea de noche,
nunca nada se mueve
en esa clase de pueblos.
Nadie alzando la mano,
invitándolo a bajar.
Ningún gesto de amparo
en medio de tanta
desolación.
2
A lo mejor quiero decir la imagen sesgada de un pueblo
viviendo solo en la llanura,
o de unas pocas almas viviendo una vida de pueblo:
casas de ventanas y puertas abiertas
de gente que barre la vereda bajo la luz tenue
o anda en bicicleta al ritmo de los perros.
A lo mejor quiero decir todo eso
en el ojo de un observador que se desplaza,
durante todo un invierno entre dos ciudades,
tironeando entre lo que se posee
y no se posee.
7
Al principio son pequeñas diferencias
fisuras, si se quiere, de la trama,.
Luego peleas que,
como desperfectos de la tela,
atentan contra la vida
tejida en común.
Entonces eso que llamamos familia,
ese lugar, se desgarra.
De pronto la separación equivale a la distancia
que una de las partes debe recorrer
para arribar al desencuentro
de su pasión.
13
Hablo de cerrar los ojos y sacarse las ventosas
de la cabeza.
De tomar vodka y dormir envuelto
en pieles de oso
durante todo un invierno,
esperando la primavera pero sintiendo
que hay nieve por todas partes.
Nieve en las manos,
en las axilas,
nieve en los ganglios.
Fecunda,
silenciosa nieve cayendo
dentro de uno.
14
Soñar con un plato de comida y una cama
luego de un trabajo pesado
es todo lo que pido.
Dormir en el interior de un iglú,
junto al calor de los rescoldos.
Pasar una temporada aprendiendo de los esquimales
que viven en casas idénticas y encienden un único fuego.
18
Cada vez que paso por un pueblo como Vidal
me pregunto si realmente estaría dispuesto
a bajarme justo en ese sitio
y nunca llegar a destino.
Hacer de cuenta que yo también
soy pasajero en extinción,
pariente lejano del gran Wakefield.
Me pregunto si eso sería posible:
bajarse en un pueblo en medio de la nada,
en busca de casa, manta o piel,
donde envolverse y simplemente
desaparecer.
20
Internarse en ese bosque
y juntar unas cuantas ramitas,
cortezas, astillas de pino seco.
Una tarea para la que sólo se necesitan
ojos, manos y piernas.
No es poco, claro,
tener ojos, manos y piernas.
Poder internarse en el bosque,
encontrar unas cuantas ramitas,
cortezas, astillas de pino seco.
Jorge Chiesa (La Plata, Argentina, 1969. Reside en Mar del Plata)
Fuente: "Un invierno ruso", Jorge Chiesa, Olmo Ediciones, 2012.
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