viernes, 25 de enero de 2019

4 POEMAS MÁS DE SILVIA CASTRO




como los peces
sólo recuerdo
la mitad de lo que vi

la mitad de lo que viste

una línea de tiza
alrededor de la memoria

sujeto con alfileres
el papel de molde

al desplegar la tela
no me olvido de dejar
un margen
para la costura






enhebro con los labios
el ojo de la aguja

la lengua sostiene el hilo de agua
succiono
ya está adentro

colgada de un filamento
la carne transparente
suelta el canto rodado

remato en un nudo el remolino

la albúmina rodea
la yema del dedo

la primera puntada
rompe el corazón







le hice poner
una turbina a la Singer

una luz
para ver de cerca


y un acelerador
para decirte

pará
que el río no corre







es importante
que no se vea la costura

ser prolijo al mirar
no titubear
en la entrada y salida

la ruta por ejemplo
se lleva alguno cada tanto

para qué andar cruzando

pudiendo quedarse
del lado del hilván



Silvia Castro (General Roca, Río Negro, 1968. Reside en Buenos Aires desde 1993)

Fuente: "Puelches", Editorial UNRN, 2018.



1 POEMA DE JUANO VILLAFAÑE






Último aprendizaje


Con mi padre aprendí que antes de morir hay que encontrar a la madre.
Con mi madre,
que uno se muerte sin padre y sin madre.

En el ramo vive el jardín y en el fondo se fija el otro ramo.
Con la pérdida se acrecientan los ramos y los fondos del ramo.
Pero ya nadie levanta el jardín con las manos,
sólo se desea la entrega y se ofrece su fondo.
Nadie levanta un jardín, por eso estamos llenos de fondos y de ramos.
Es imposible levantar un jardín.
Como exceso nos rodean sus habitantes, su perfume y su fondo.
Uno va solo a la cita con su ramo de espera
y uno espera levantarla de nuevo.
Ella espera el amo, su primer perfume.

A mi madre la subí con su rompa de teatro.
Es imposible levantar un jardín.



Juano Villafañe (Quito, Ecuador, 1952)

Fuente: "Públicos y privados", Juano Villafañe, Editorial Lisboa 2018.





2 POEMAS DE ADELINA LO BUE






Dos árboles
se disputan la sombra
Un sapo mira






Del kinoto al kimkam
canta el pájaro
dos veces al día

La primera vez en el kinoto
la segunda en el kimkam




Adelina Lo Bue (Mendoza, 1963)

Fuente: "Señales rupestres", Adelina Lo Bue, Editor Latinoamericano, 2009.







1 POEMA MÁS DE GERARDO CURIÁ




Modelando la arcilla se hacen vasijas
pero es su espacio vacío el que las hace útiles.
Lao Tse


Camina el silencio de la habitación

la trama de la luz
la oscuridad
y el aire
urden el espacio
que trabaja la forma

las cosas existen en su propia distancia



                                                         Hay un vacío necesario en la materia

                                                         donde no es
                                                         se hace posible
                                                         y alcanza su sentido



Hilos de una red
donde el caudal es inasible
allí
donde se pierde
permanece


                                                          toma sus aparejos de pescador

                                                          la senda de sus huellas
                                                          y el rocío




Gerardo Curiá (San Pedro, 1968)

Fuente: "Pescador", Gerardo Curiá, Ediciones La mariposa y la Iguana, 2016.


1 POEMA DE YAMIL DORA





49


me dicen turco
mi sangre
vino en un barco
no conoce la flor del dolor
se legra con vino
se alimenta con besos
la sangre de wasfi
es la sangre que tengo
yo veo por él
las ruinas de Homs
la muerte en la calle
donde conoció a mi abuela
que vino con él
que vino en un barco
que nunca vio un niño morir



Yamil Dora (Casilda, Santa Fe, 1971)

Fuente: "Un hombre encima del mar", Yamil Dora, Ediciones Del Dock, 2015,



viernes, 18 de enero de 2019

2 POEMAS MÁS DE JORGE PAOLANTONIO





jamás he rezado



no he dicho ni una sola oración
sin embargo he pasado tantas veces
una por una        con fe perdida
miles de veces
las cuentas del rosario
que mi madre puso en mis manos
está hecho
con carozos de aceituna
escupidos por mi padre moribundo





el día en que lo velaban



alguna uvas
decidieron madurar de golpe
perfumar   de torrontés
su partida inesperada
mi madre optó
por bajar de sus tacones
ponerse a las alturas
de un infarto de miocardio
y aseverar que "así nos va
con la aspirina diaria"



Jorge Paolantonio (San Fernando del Valle de Catamarca, 1947)

Fuente: "Si acaso la neblina", Book&Smith, Edición Bilingüe,  EEUU, 2018.




3 POEMAS DE ALEJANDRO CESARIO




Escarcha


a Eduardo, puestero de la ruta 40
(entre Bariloche y El Bolsón)



No hay sol,
tampoco noche.

Espera que escampe.

Hay un sueño terco
que se socava
a un costado de la ruta.

Allí se vende la fruta fina.






Fiesta



Baja la escalera de caracol.

Labios de sonrisas de breñas ásperas,
ovulosa,
ojos cerúleos que zampan,

lamedor tatuaje en su espalda,
peto encaje de seda roja
en macilenta muselina,
arreglada con gemas y collares de corindones
sobre el cuello y muñeca.

Lo que más brilla son sus atavíos

de cicatería.



(de "El bruto muro de la casa propia")






Herencia



Crucé la calle
y se fue mi hogar.

Palpo lo que pudo ser y no fui
me quedé perdido, rogando una vacante,

sin nada,
ni corbata, ni saco, solo,
y mi hogar quemándose en la nada,

arrastro los pies con las llagas al viento,
soy un hombre que cruza a pequeños pasos la calle,
patea suavemente las hojas caídas,
mira la tierra despareja, esquiva un pozo y saluda a otro caminante,
lo persigue una lengua muerta,
que punza, que le estrangula el habla,
entra a un baldío sin salida, poblado de silencios,
se acomoda, se sienta sobre un cajón, se saca las botas y se levanta las medias.
Se escarba las uñas con un palito.
Hirsuta melena enmarañada.
Su ojo izquierdo parpadea sobre el trueno del rencor,
su ceja purpúrea está cortada,
de su lágrima brota la derrota, la huella desnuda,
mi rabia de antaños.

Vi pasar la lenta caravana ávida de muertos,
inútil batalla, final del motín.

Yo aprendí a gritar sin perforar los tímpanos.
No soy más que una gota dentro de esa caravana.

Mis palabras se derraman junto al agua
que corre en los baños públicos.
Tomo un tren para llegar a una estación que no existe.

Cunetas profundas metro y medio de agua estancada.
Casas sin terminar miran las luces despellejadas del pueblo cercano,
exudan una perpetua melancolía.
Grandes yuyales, pastos amarillos cubren siete autos abandonados.
Un perro bebe agua de la zanja,
los renacuajos huyen hacia el fondo terroso.
Tres pibes se acercan con latas e intentan pescar en la zanja.

Enfrente un bar, un viejo almacén de barrio con algunas telarañas.
El hombre vive solo. Hace una pequeña pira y se calienta un pedazo de pan.

Por las tardes entra en el bar,
una ginebra, un taco, tiza de billar.
Casi no habla, no lee.

El hombre aprendió de su padre
y su padre aprendió de su abuelo.
Murió el abuelo.
Murió el padre.
Ahora falta él.


(de "La última sombra")


Alejandro Cesario (Colegiales, 1967)

Fuente: "El bruto muro de la casa propia", Alejandro Cesario,  Ediciones La yunta, 2018.
             "La última sombra", Alejandro Cesario, Ediciones La yunta, 2015.



2 POEMAS DE JORGE FIGUEROA




Aún enciendo
el fuego
para saber que vendrás
por mí
sobre el agua
sobre mis lados
aún
cuando
no nos precisemos más.




Sobre la hierba olvido mi tierra
mi voz ha cambiado de esperanza
flores y animales tiemblan en el aire
donde resuena el primer canto.




Jorge Figueroa (Santiago del Estero, 1956)

Fuente: "Agua dormida" Macedonia Ediciones, 2018.



2 POEMAS MÁS DE JACQUELINE GOLDBERG




Describir el temblor.
Otorgarle nombres propios.
Hacerme un código para diferenciarlo
de un dolor de cabeza,
de un orgasmo.
Hacerlo difícil.
Es escandaloso, pero duele,
no se escucha,
no hace eco en otra parte de mi cuerpo.
Es involuntario. Animal. Un asco.

Movimiento mínimo.
Pulsión traidora..
Traición.






Nunca temblé por miedo.
No me espantan los temblores venidos del centro de la Tierra.

Temblé en el quirófano después de parir.
Dicen que por el frío, la anestesia, la hora.
Digo que fue la errancia acabada, lo nudoso
de recomenzar en un hijo, el ajetreo de aguas interiores.



Jacqueline Goldberg (Venezuela, 1966)

Fuente: "El cuarto de los temblores", Jacqueline Goldberg, Osman Todtmann editores, Venezuela 2018.











4 POEMAS MÁS DE PABLO ALBORNOZ





3



entre las tumbas
brillan en ambos mundos
las luciérnagas






17


se llena de sol
ese vaso roto y
abandonado



(de Pueblo de sapos)




11


Espíritu protector
dame vocablos
para conservar
la sencillez
del último 
recuerdo





12


El 
blues
que cantan
eternamente
los muertos
es el mismo
blues
que cantan
eternamente
los vivos
pero
el blues
de los muertos
sin cuerdas
vocales
iguala el
maravilloso
sonido
de la lluvia
en la oscuridad.

(de "Osario")



Pablo Albornoz (Magdalena, Provincia de Buenos Aires, 1978)

Fuente: "Osario", Pablo Albornoz, Al filo de la palabra Ediciones, 2018.



4 POEMAS DE HÉCTOR VIEL TEMPERLEY



Hoy


Hoy
difícil ver algo más lindo
que ese gallo de espuma
que se para en las piedras.






Estoy sobre la arena, medio metro



Estoy sobre la arena, medio metro
sobre el nivel del mar.
En la pista de aterrizaje
de los ángeles.

Cada escuadrilla que baja,
empuja un aire tibio
que corre por mi espalda.






Voy



Voy
como una botella
flotando en el mar,
con la cabeza fuera del agua.
Sin brazos,
fresco,
besado verde
por todos lados.





Necesito oler limón, necesito oler limón



Necesito oler limón, necesito oler limón.
De tanto respirar este aire azul,
este cielo encarnizadamente azul,
se pueden reventar los vasos
de sangre
más pequeños
de mi nariz.



(de Mare nostrum azul)


Héctor Viel Temperley (Buenos Aires, 1933-1987)

Fuente: "Héctor Viel Temperley- Obra completa", Ediciones Del Dock, 2018.





4 POEMAS MÁS DE NOELIA PALMA





15


Madre, ¿puedo jugar a las ausencias?
Nómbrame cuántas tienes, por favor.

Una, dos, tres.

Pero.

Ni siquiera tu corazón es un un corazón.
Y aunque grites, el mundo no oye tus animales blancos.

La sangre es el eco de un templo
construido para soportar
el alba.



21


Madre, ¿qué es el dolor?

Seguramente, 
todo el deseo frente a una ventana.

A veces te veo frente a la ventana.
¿Te miras juntando tus propios huesos?

Valencia, el deseo se hace humo.
Los deseos no cuadran en la carne.


de "0034"



9



Este es el sonido de tu desesperación:

es siempre el mismo sol el que estremece.





11



Las cosas de vivir.

1- No escupir huesos ni perlas.
Es fantástico.
La ceremonia de la ausente y su puñado
de mundo todo adentro.

2- Cerrar las manos,
los ojos: el silencio no ocurre.

Habrá que cerrarse en forma de tumba,

como un pichón enterrado en la nieve.


de "Buitre hacia la nada"



Noelia Palma (Buenos Aires, 1984)

Fuente: "0034- Buitre hacia la nada", Ediciones Ombligo cuadrado, 2018.