martes, 6 de diciembre de 2016

1 POEMA MÁS DE CARLOS BARBARITO




Eire


Adivino el pasado y el porvenir de la piedra con solo poner mi mano en ella. Adivino qué sostiene al ave en su vuelo y a tu vientre mientras andas desnuda por la casa. Es, sin duda, una isla. Una porción de tierra en medio del mar donde, sin nacer allí, allí nací y supe de inmediato la química de la acuarela, la física del amor escondido entre las hierbas, la geometría de la tormenta tanto tierra adentro como en la costa. Nada dejo porque todo me llevo, en la espalda. Hay adelante un pez que vuela. Hacia el dominio del fósforo. Hacia el ademán traslúcido, el árbol en llamas, el lejano delfín que en su salto abarca de Alfa a Omega la Filosofía. No soy yo en realidad. Es el fin del carbunclo, el final de la torpeza, la conclusión del diálogo con la sombra, el pronunciamiento del almíbar, la virginidad de la mirada que cae como cae, de golpe, una espada azotada.


Abril, 4, 2016



Carlos Barbarito (Argentina)

Fuente: "Botella al mar 1946-2016 Antología", Botella al mar, 2016.


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