sábado, 2 de mayo de 2015

6 POEMAS DE EDWIN MADRID



COMIDA


El cuerpo se alimenta de comida amorosa, lo demás es polvo en el viento.





GINEBRA AL ATARDECER



La verdad, paso entretenido con ollas y sartenes. Me encanta palpar los alimentos de primera mano. Uso delantal y cuchillos bien afilados. Soy capaz de preparar la mejor pasta en diez minutos o quedarme seis horas moliendo tamales. Pues nada, absolutamente nada, se compara con ver a la mujer que amo saborear mi lomo de cordero con ginebra al atardecer.





VASO CON AGUA FRÍA


Llegué a casa con los efluvios del festejo y me comportaba como un adulador profesional. Cuando abrió la puerta me encariñé con su baby doll hasta que sonreída preguntó si deseaba una copa. No hay nada como un buen vaso de agua fría para calmar la reseca -respondí.
Ya verás que sí- dijo- dirigiéndose al bar: agarró jugo de tomates, una medida de aguardiente, echó una pizca de pimienta, otra de sal y lo batió. Llenó una copa y me hizo beber de un golpe. Luego me invitó a la cama y todavía no he dormido.



CUERPOS LUMINOSOS


Somos lo que comemos, pero no solo de pan vive Mariana.




EN LA COCINA CON KATIA


Tenía pescado, limón, cebolla, ají, sal. Como si a un poeta le entregaran palabras: desgarbadas, insólitas, comunes, milenarias y relucientes. Combiné uno con uno y otro con otro, dejando con la abierta a Katia, que incrédula me metió en su cocina.




CAROLINA NO TIENE NOMBRE


Miguel y Carolina cenan en la mesa de al frente. Ella tiene los labios púrpuras y sus ojos brillan mirándome con descaro. Él, con la boca llena, cree que su esposa sonríe de su recuerdo. Pero, cada vez que ella cruza las piernas, a mí se me une el cielo con la tierra. 



Edwin Madrid (Quito, Ecuador, 1961)


Fuente: "Pavo muerto para el amor", Edwin Madrid, Alción Editora, 2012


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